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Depresión: trastorno peligroso que puede inducir a la muerte 

Depresión: trastorno peligroso que puede inducir a la muerte 

La depresión es una enfermedad que ataca a los distintos segmentos de la población: adultos, envejecientes, adolescentes y niños, siendo más frecuente en las mujeres, según entidades psiquiátricas y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

 Distintas casusas y factores influyen en quienes sufren de depresión, incluso factores généticos o hereditarios, psicosociales y biológicos.

Su tratamiento requiere de  especialistas de la conducta, y del consumo de fármacos, según los casos.

El psiquiatra y psicoterapeuta César Mella Mejía define a la depresión como una alteración o trastorno del estado de ánimo de las personas, caracterizada por la tristeza, la falta de voluntad para realizar las tareas habituales, pesimismo, disminución del apetito y del peso, de la energía sexual, falta de entusiasmo por la vida, derrotismo e ideas de suicidio.

Señaló el insomnio como una de las manifestaciones de la depresión, y los afectados, si logran dormir no dan sensación de haber descansado.

La enfermedad es más frecuente en la mujer, mientras que al  hombre se le hace más difícil reconocer que la padece.

El doctor Mella explicó que hay distintos tipos de depresiones y en el caso de tipo nervioso, que definió como un disturbio químico del cerebro, se produce porque  algunos neurotransmisores, como la serotonina, la dopamina, la citoquina y otras hormonas están disminuidas o no están haciendo sus funciones en las neuronas.

Advirtió que la depresión está asociada al suicidio, ya que más de la mitad de los pacientes que han caído en esa situación habían padecido algunos síntomas de la patología.

“Es bueno que se sepa, que hay causas externas de la depresión que la pueden profundizar, como los problemas económicos agravados y sentimentales y las dificultades  que pueden afectar la honorabilidad o la vergüenza de una persona, asociados a una condición personal”, dijo.

Cómo enfrentarla

El doctor Mella aseguró que un 70 por ciento de los casos de depresión son curables si los trata un especialista, con la toma de fármacos y el logro de un cambio en el estilo de vida de las personas bajo “buenos consejos” o psicoterapias, que contribuyen a mejor notablemente al paciente y pueden revertir los padecimientos.

Negó que provoquen adicción los medicamentos antidepresivos utilizados para tratar los casos mediante farmacología aunque la medicación para el  tratamiento de la enfermedad nunca debe ser menor a los seis meses a un año  y llevada de manera ininterrumpida y disciplinadamente.

El veterano psiquiatra descartó que las depresiones nerviosas sean propias de “gente blanditas y de poco carácter”, ya que muchas personas de gran autoexigencia y seudomoralistas tienden a caer frecuentemente en depresión grave y hasta en el suicidio, contrario a “los despreocupados” y que gustan de “cojer la cosa suave”.

En la niñez

Según el Instituto Nacional de Salud Mental de EEUU, para el  tratamiento de la depresión en la niñez el diagnóstico se acoge a los mismos criterios que en el caso de los adultos, aunque la sintomatología puede ser algo más confusa. Su prevalencia en la infancia es del 1-2 por ciento, y en la adolescencia del 4-5 por ciento.

El niño deprimido puede simular estar enfermo, rehusarse  ir a la escuela, juega menos o deja de hacerlo, expresa el deseo de no querer separarse de los padres o tiene miedo de que uno de los padres se muera. En la primera infancia pueden desarrollar síntomas atípicos, como somatizaciones difusas, trastornos alimenticios, enuresis y otras.

En adolescentes

El adolescente puede expresar mal humor, disminuir el rendimiento escolar, presentar conductas desafiantes o  brotes de irritabilidad. En ocasiones expresa el trastorno anímico con el desarrollo de conductas de riesgo (consumo de sustancias psicotrópicas, comportamientos parasuicidas).

Dado que los comportamientos normales varían de una etapa de la niñez a la otra, es a veces difícil establecer si un niño está simplemente pasando por una fase de su desarrollo o si está verdaderamente padeciendo de depresión. A veces, el niño tiene un cambio de comportamiento notorio que preocupa a los padres, o el maestro menciona que el “niño no parece ser el mismo”, lo que puede ser un trastorno depresivo.

Sus causas principales

-Genéticas;

-Biológicas por trastornos neurocerebrales;

-Pérdida de un ser querido  (muerte);

-Falta de estímulos;

-No alcanzar metas;

-Agravios personales;

-Creencia de no ser querido o desprecio;

-Actos de traición;

-Disfunción eréctil

e impotencia sexual;

-Desamor familiar o falta de cariño  materno o paterno;

-Consumo de estupefacientes;

-Problemas económicos y laborales;

-Incapacidad mental para afrontar los problemas, entre otras.

LA FRASE

“El depresivo es muy sensible, por lo que durante las cuatro a ocho semanas del tratamiento,  debe ser vigilado y recibir todo el apoyo familiar”. 

Dr. César Mella Mejía

Psiquiatra y psicoterapeuta

El Nacional

La Voz de Todos