Opinión

¿Desarrollo?

¿Desarrollo?

Las lluvias de los últimos días, como todo fenómeno natural dejaron sus secuelas de daños materiales y pérdidas de vidas humanas y animal; pero también sirvió para develar la cortina que cubre nuestra miseria ante las organizaciones internacionales.
Ese ficticio progreso es una de las razones por las que nos hayan sacado, como país, de varios de los capítulos de ayuda en organismos y agencias de cooperación internacionales. ¡Por fin! Ya no somos pobres, dice la propaganda oficial y repiten las “bocinas”.

Sin embargo, cifras del Banco Central y el Ministerio de Hacienda, evidencian que tal bonanza es irreal, pues solamente en los primeros dos meses de este año, el Gobierno tuvo que endeudarse con nada más y nada menos que con 622 millones de dólares, equivalente a casi 500 millones de pesos todos los días. Eso no es paja de coco, como decimos en el Cibao.

Al ritmo que vamos, el próximo año no habrá dinero ni para pagar las nóminas públicas
A ese ritmo terminaremos el presente año con un aumento de la deuda de unos 5 mil millones de dólares, lo que habría que sumar a los más de 27 mil millones que tenemos pendiente de pago.

Estamos hablando de que en el 2018 será imposible para el país mantener los programas básicos a la población ya que habría que destinar el 60% del presupuesto solamente para el pago de la deuda.

Imagínese a un padre de familia que de cada 100 pesos que gane, debe entregar 60 a su vecino por deudas atrasadas.

Otro elemento de que, como país, manejamos cifras que en nada tienen que ver con crecimiento ni desarrollo, es que el 97% del dinero que maneja el Estado proviene de cargas impositivas, mientras el promedio de otros países de la región ronda el 70%. Así es difícil encaminarse hacia un desarrollo real.

Mientras nos volvemos locos entre cifras y cifras, la gente sigue siendo más pobre.

El Nacional

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