Opinión

Desbordamiento migratorio

Desbordamiento migratorio

La Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) ni ninguna otra agencia oficial está en capacidad de informar o estimar con relativa certeza la cantidad de haitianos que residen en el país, pero es evidente que se registra un desbordamiento de indocumentados procedentes del vecino país.

Un reportaje publicado ayer por El Nacional sobre la masiva presencia haitiana en el Gran Santo Domingo, lo que se replica en la mayoría de las ciudades de provincia, representa apenas una muestra de una inmigración sin control.

A riesgo de que se endilgue el calificativo de xenófobo o de racista, de nuevo se llama la atención de las autoridades sobre la gravedad de un gravísimo problema que drena la sostenibilidad de instituciones básicas de la nación y del gentilicio dominicano.

El Gobierno nada ha hecho ante comprobadas denuncias de que al menos siete comunidades fronterizas son hoy de poblaciones mayoritariamente haitianas y de que todos los días, incluido el de la fiesta de guardar, ingresan por la frontera decenas de indocumentados con todo y familia.

República Dominicana carece de recursos para afrontar demandas de empleo, vivienda, salud y educación de una diáspora que crece y se expande en forma descontrolada, que virtualmente inunda las calles y avenidas de venduteros o limosneros y que se asienta en todas partes.

No se procura alarmar con la posibilidad de que aquí se reedite la historia de Kosovo, de mayoría étnica albanesa, retrotraer la historia nacional al siglo XVII, ni referir la cruenta campaña internacional de descrédito contra la República. Sólo se reclama control migratorio.

Ningún tipo de canal dialogante diplomático o comercial opera de manera efectiva entre las autoridades haitianas y dominicanas, que no sea la burocracia que emana de sus embajadas, aunque puede decirse sin temor a exagerar que la frontera está abierta de par en par para la inmigración ilegal.

Por la crasa irresponsabilidad gubernamental en cumplir con su misión de imponer control migratorio no está lejos el día en que ya no sería necesario defender la soberanía y dominicanidad, porque en la prá

El Nacional

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