Tengo a mano dos libros de poesía titulados: Ser del silencio, 2003 y Órbita de la inquietud, 2010, primeras ediciones, de la poeta y ensayista dominicana radicada en los Estados Unidos, Claribel Díaz.

La recuerdo en el Taller literario “César Vallejo”, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, órgano divulgador y sustentador de las promociones de poetas y escritores importantes del país, principalmente de la generación de los 80, a la cual pertenece Claribel Díaz, aparentemente con poco protagonismo en el medio en que se desenvolvía, pero constante y con personalidad y objetivos claros, tanto en su profesión de sicóloga como la de poeta. Es autora de dos libros de poesía. Llaman la atención los títulos, atraen al lector.

Claribel Díaz trabaja la palabra poética para desvelar lo más íntimo de su ser, los títulos de los libros reflejan su línea poética: la del Ser. Por los temas a desarrollar, su simbología personal, de generación, de vida, de creencias, lecturas aplicadas, sosegadas y otras tantas causas por la que un poeta al buscar desvelar su interior y colocarlo a la altura de un decir dramático, Claribel Díaz escribe poesía. Su desvelamiento del Ser juega a los dados.

“La existencia es un recorrido/hacia la ruptura de la presencia”.
Los anteriores versos dan la pauta para pensar lo mejor de su búsqueda, de la palabra poética.
Suelo prestarle al poeta que comparte conmigo, además del aire que respiramos, el aire de la poesía, la atención debida para encontrar los puntos en común al desvelamiento del drama que es el vivir, a partir de las afinidades y lo contrario.

Encontrar las coincidencias temáticas, influencias y como ha ido enriqueciéndose, evolucionando, a veces con un mismo hilo temático es una constante en Claribel Díaz.

Son las claves que hacen su poesía trascendente dentro de su generación, la cual aparenta diferente pero que en el fondo posee los mismos registros con la diferencia de que un poeta lo trata mejor que otro, es decir, uno consigue un poema mejor logrado que el otro.
Ser del Silencio y Orbita de la inquietud:

“Una cicatriz en el recuerdo/es lenguaje que escarcea/el ámbito del olvido”, poseen una misma línea continua, que para percibirlo hay que leérselos con todos los sentidos, incluyendo al sexto. Una sola una línea que va ahondando su naturaleza sensible con todo los aciertos y desaciertos que ello implica en su compromiso con la palabra y la vida.

“El preludio de tu cuerpo me aproxima/a la tibieza”.
“Como la tibieza de unas manos/que tocan sin tocar”.

La poesía de Claribel Díaz tiene sus raíces en la existencia con todas sus consecuencias de ser un Ser inmerso en la inquietud existencial. Porque tiene sus raíces en la existencia con todas sus consecuencias, de ser pensante, condición esencial, en su caso, para la poesía y la vida, donde la poeta encarna, lucidamente, una escritura de poesía creada desde el cuerpo:

“A veces presiento que soy de espuma/que el viento crepita sobre mi cuerpo”.
Poesía para ser pensada sobriamente, pues cada poema, cada verso, arrastra, sostiene un decir para detenerse a valorar a partir de los porqués, aunque sus poemas no estén formulados como preguntas, no significan que no sean un recurso permanente, pues consiguen sostenerse en su decir trascendente que es la poesía.

La poesía de Claribel Díaz es drama de la sangre, revestida de ideas, de sentires envueltos en dolores muchas veces sin respuestas y otras respondiéndose a sí misma en su naturaleza femenina, sin ser sus poemas propiamente, o andar buscando que se les comprenda a partir de que es una mujer que los escribe.

Estos poemas están en un constante evocar, desear, poseer a partir de lo reminiscente, de la memoria, que no olvida nada aunque haga amague.

El poeta es su memoria y Claribel Díaz lo demuestra en cada poema trabajado a partir del logo. Es decir, la palabra más la experiencia de vida, que es el vivir mismo.
A veinte y tantos años fuera del lar nativo, pero sin estar desvinculada de su raíz más esencial, que es ser mujer dominicana, color, olor, su sentir más íntimo. Todo eso es lo que la hace ser la poeta en el sentido más profundo que encierran estos versos:

“Te presiento en estas tardes frías/con una sonrisa de miedo/que asusta las aves”.
Claribel Díaz no se expande, se concentra en una sola sustancia.

El autor es abogado y escritor.