-Campaña sucia contra Hipólito Mejía. El presidente Leonel Fernández en campaña recorriendo todo el país, como si fuera candidato, utilizando, de manera pública y descarada, los recursos del Estado.
-Generales en campaña electoral.
-Dirigentes del PLD que a su vez ocupan cargos importantes en el gobierno han sido asignados en las diferentes provincias y comunidades con el dinero de las entidades que ocupan para hacer campaña.
– Utilización de puentes, carreteras y demás espacios públicos para la publicidad y propaganda del candidato del gobierno Danilo Medina.
-Encuestas pagadas con fondos públicos para crear una falsa percepción de triunfo que no logran.
-Utilización de la fuerza, el atropello, el chantaje y la extorsión.
-Compra de dirigentes y militantes de la oposición.
-Provocación al candidato Hipólito Mejía con insultos, acusaciones, burlas, epítetos denigrantes, etc.
-Planes para comprar las elecciones que no ganarán, y uso de la violencia como instrumento político para evitar que la gente vaya a votar el 20 de mayo.
-La última muestra de la desesperación política de Danilo Medina, Leonel, Margarita, Díaz Rúa y Félix Bautista, entre otros, es la payasada del supuesto intento de un ex coronel para derrocar el gobierno haitiano.
Esa comedia montada por la República Dominicana y Haití sólo ha servido para reafirmar las denuncias de corrupción que involucra a funcionarios de ambos gobiernos.
La desesperación es mala consejera. Un hombre desesperado puede cometer cualquier locura. Puede en un estado depresivo, suicidarse, pero también puede, por venganza o lo que sea, provocar la muerte de muchos
Habrá qué ver hasta dónde Leonel estará dispuesto a llegar. Habrá que ver si estará dispuesto a provocar un baño de sangre para impedir que prevalezca la voluntad popular, habrá que ver si estará dispuesto a cercenar la caricatura de democracia que vivimos actualmente.
Como también habrá que ver si el PRD, con Hipólito a la cabeza, permite que le roben las elecciones con el dinero del poder y con el poder de la fuerza. (O ambas cosas a la vez) ¡Habrá que ver!