Las metas son el tema del momento cuando se habla de los inicios de un nuevo año. Planeamos los pasos a dar en el año siguiente, con cuidado, con entusiasmo, pero al parecer algo falta a esta planificación, porque una gran mayoría de personas culmina el año con desánimo, al pensar que nada o poco se cumplió.
¿Será la falta de fuerza o voluntad lo que provoca estos resultados cada año? ¿Será que nuestro país con sus limitantes nos provoca a estar cada año en el mismo lugar que el anterior, sin los planeados cambios?.
Lo cierto es que en consulta con el reconocido psicólogo Luis Vergés y analizando por qué muchos no cumplen sus metas y caen en depresiones cada final de año, éste detalla que más que las metas es la forma inapropiada y poco realista de su formulación lo que luego se convierte en fuente de frustración, desánimo y otras manifestaciones de alteración emocional.
“Hay varios factores, tanto internos como externos que influyen de forma negativa para esta falta de logros, entre ellos: falta de motivación, falta de voluntad, debilidad en los compromisos, inconsistencia, procrastinación (posponer demasiado las acciones), inmadurez emocional, entre otros factores internos.
Los factores externos más importantes para el logro de metas son: las oportunidades, el apoyo de familiares y amigos, la inspiración que nos aportan las personas realistas, trabajadoras y prácticas, entre otros”, dijo el profesional.
¿Metas posibles, es pensar en “pequeño”?
A propósito de que algunos profesionales de la conducta aconsejan plantearse metas que sean posibles para que puedan ser cumplidas, preguntamos a Vergés, si el error está en que a veces uno se propone cosas que están muy lejos de lograrse.
“Proponerse metas posibles no significa pensar en pequeño, sino más bien aprender a elegir entre todas las metas posibles, aquellas que tengan más posibilidades o que sean factibles desde el punto de vista lógico, práctico y realista”, explicó.
Ninguno de los componentes anteriores está ausente de sueños o aspiraciones, sino que más bien son los mecanismos mentales que garantizan que aquello que nos proponemos nos permita mirar hacia las nubes, sin desconectar nuestros pies del suelo.
Pensar en grande es importante –aclara- sobre todo cuando nuestras metas implican acciones novedosas para su logro, solo que debemos aprender a distinguir las metas de largo plazo, de las de mediano y corto plazos. Las últimas son los escalones que nos propondremos para ir escalonando hasta lograr las de mediano y largo plazos.
Qué debo hacer para cumplir mis metas
El psicólogo dice que para cumplir las metas del año 2017, lo primero que debemos hacer es un inventario de las metas que nos propusimos para el año que termina, y determinar cuáles logramos y cuales factores incidieron en estos logros.
Detalla que es importantes que determinemos nuestro papel en esos logros y no atribuírselos a factores fortuitos como la suerte, el destino, porque estas variables nos detonan una mirada pasiva hacia nuestras propias acciones!
“Ayuda bastante enumerar nuestras fortalezas en las metas logradas, así como los errores cometidos en las no logradas para replantearnos el no cometerlos.
Una vez hemos realizado este ejercicio procedemos con una lluvia de ideas que nos permita enumerar las metas que se nos ocurran en las diferentes áreas de nuestras vidas: familiar, laborar, afectivas, sociales, espirituales, entre otras. Luego nos preguntamos en cada una de las ideas si aplican en los siguientes tres criterios: son realistas, lógicas, beneficiosas. Las que reúnan estas cualidades serán priorizadas por sobre las demás.
Es importante formularlas en positivo, es decir, en vez de plantear: “Este año seré menos tímido”, debo plantear, “Este año seré más sociable”.
UN APUNTE
Lo que no debe faltar en tus metas
Por su experiencia en consulta, Vergés sugiero que las personas aprendan a valorar los beneficios de las metas. Que las vean como valiosas e inspiradoras. Que entiendan que contribuyen a clarificar nuestras acciones…y así seguir reuniendo las cualidades positivas que nos comprometan con su formulación.
Aconseja no dejar de incluir metas que mejoren aspectos que contribuyen al éxito y la felicidad, como un cambio de actitud que nos lleve desde el pesimismo al optimismo, desde la apatía al compromiso, desde la indiferencia al servicio, desde demorar las cosas a realizarlas lo antes posible, desde las malas elecciones a las buenas elecciones, tanto de relaciones como de actuaciones.
