Opinión

Después de la patana

Después  de la patana

Cada hombre lleva en sí una habitación. Cuando se camina rápido y se escucha, en especial de noche cuando todo a nuestro alrededor es silencio, se oyen los temblores de un espejo de pared mal colgado”. Y no solo de los espejos de pared mal colgados, habría que responderle a Franz Kafka y las Notas de su Primer Cuaderno. Se escuchan los temblores de todo lo que parece estar sin aparente vida.

Ignoro si esta percepción se acentúa con la cercanía de la muerte, a la cual no temo. Lo único que le solicito es que me permita despedirme, ya que sé que los accidentes no solo sorprenden sino que nos dejan con una profunda sensación de lo no dicho.

Freddy Ginebra se ha embarcado en escribir sus anécdotas antes de perder la memoria. Yo quiero compartir algo de las mías, antes de que la patana de la desmemoria, o alguna de las que transitan por el malecón, me lo impida.

1.-En esta media isla, uno de las practicas mas difíciles es ser escritora. Primero hay que combatir los estereotipos que acompañan el oficio, y si se regresa de Nueva York es peor. Después hay que enfrentar los getthoes, dominados por Barones y baronesas intelectuales; y poetas, mediocres, o no, que se creen el ombligo de mundo aunque nadie los haya leído nunca. La celebración renacentista del otro u otra es aquí una rareza digna de mención.

2.-Publicar es una odisea, porque hay que enfrentar los estamentos institucionales, generalmente controlados por escritores o escritoras con preferencias particulares, y sea en Ministerios o Editoriales, el regateo se convierte en norma y se da preferencia a textos sin ningún valor literario versus legados de escritoras tan fundamentales como Julia de Burgos, cuya edición de mil ejemplares se redujo arbitrariamente a doscientos ejemplares, por medalaganismos de un poeta en particular . Sobre ello escribiré un tomo.

3.-Esa labor de ninguneo se extiende a los textos escolares, predio donde también se aseguran de posicionarse poetas o escritores con ideologías muy claras en sus objetivos de exclusión. Aquí, o se renuncia a ser izquierdista, o se sufre el ostracismo del poder.

4.-He repetido a cada nuevo Ministro de Cultura que nadie creerá nunca en los Premios Nacionales hasta que estos no exijan, como en otros países, el anonimato, porque sino los jurados se pueden prcializar.

5.-En esta batalla ayuda conocer la guerra de guerrillas y en ella el periodismo es aliado indispensable, porque lo que bloquea el enemigo agazapado, lo permite la columna semanal, o el ensayo en un suplemento.
Y una se va cansando y tratando, como Julia, de construir un rompeolas con las alegrías pequeñas.

El Nacional

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