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Miranda y Punta Catalina

La aprobación de la ley que convierte a Loma Miranda en parque nacional ocurrió casi el mismo día en que la CDEEE hizo público la recepción de la Licencia Ambiental, emitida por el Ministerio de Medio Ambiente, para la construcción en Punta Catalina, Provincia Peravia, de dos plantas generadoras de electricidad basadas en carbón mineral.

Estos dos hechos sospechosamente coincidentes, provienen de la misma matriz: la carencia de suficiente compromiso y entendimiento por parte del liderazgo político nacional sobre el complejo asunto de lo medioambiental en las grandes decisiones sobre explotación de recursos naturales y en la instalación de plantas industriales o eléctricas.

En los Estados Unidos, a partir de los escapes radiactivos de la central nuclear de Three Miles Island, Pensilvania, en 1973, los ojos de la sociedad norteamericana se volcaron hacia los riesgos de vida humana y ambientales resultantes de las explotaciones energéticas a gran escala.

La presión por protección ambiental a partir de ese accidente fue tal que la industria nuclear norteamericana sufrió durante décadas lo que se conoce en la historia como el Parón Nuclear.

Esa experiencia se extendió hacia otras tecnologías energéticas, incluyendo las plantas de generación a carbón, cuyos costos experimentaron crecimientos sostenidos desde esa década, en parte debido a exigencias de control ambiental derivados de la presión del movimiento ecologista.

Entonces ¿cómo se explica que a estas alturas de los tiempos la CDEEE inicie la construcción de dos plantas de generación a carbón en Punta Catalina, Baní, sin tener a manos todavía un estudio del impacto ambiental de la operación de las mismas durante 30 años corridos?

Eso solo lo explica la subestimación por parte del poder político del creciente y complejo movimiento social ecologista nacional.

Lo ocurrido en Loma Miranda, con sus particularidades, fue parecido.

El país tiene un Ministerio de Medio Ambiente y una ley, pero parecen hijos de la moda y no de un compromiso del poder político. Hace tiempo leí, que la tienda El Corte Inglés, de Madrid, presentó su campaña sobre la moda en 1978 bajo el eslogan: “como la ecología está de moda…”.

 

 

El Nacional

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