De Madrid al spot (1)
El mercado en el que las empresas distribuidoras compran a las generadoras toda la energía y potencia que venden a la población se denomina mercado mayorista de electricidad. Por su lado, la venta y cobro de energía, por parte de las distribuidoras, a residencias y comercios, por ejemplo, constituye el mercado minorista.
El mercado mayorista por lo regular se divide en un mercado de contratos y otro de ocasión con precios muy variables en el tiempo, conocido internacionalmente como mercado spot.
En el 1999, durante la privatización de la CDE, la Comisión de Reforma de la Empresa Pública propuso la nueva configuración del mercado mayorista y creó el mercado de contratos al conceder a EGEHAINA y EGEITABO contratos de mediano plazo con la CDE y las distribuidoras, para la venta de toda la energía de origen térmico (gasoil, bunker y carbón) que produjeran sus plantas.
La CREP creó también el mercado spot, en el que pasaron a vender las plantas pertenecientes a los llamados productores privados independientes (IPPs) que se instalaron a principios de los 90s y que ya no tenían contratos.
Pero… ¿cómo funciona nuestro mercado spot?
En el spot la primera planta que despacha es la de costo de producción más bajo y después la de segundo menor costo, y así sucesivamente. El flujo de entrada de plantas se detiene cuando la demanda de energía ha sido satisfecha.
En ese momento, el precio que se le paga a todas las plantas que entraron a despachar es el correspondiente a la de costo unitario más elevado.
Por ejemplo, la semana pasada dos plantas de carbón de ITABO ofrecieron costo marginal de 2.8 centavos de dólares por kilovatio hora, y sin embargo las distribuidoras (¡el Gobierno!) les compraron a 10 centavos – ¡ 7.8 centavos por encima ¡ – porque ese fue el costo marginal tope del mercado. Se trata de un mercado oneroso para las finanzas públicas.
Ahora, finalizados los contratos de Madrid, y por falta de previsión, estamos comprando toda la energía a sobreprecio, y en un solo mercado: el spot.
