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Provoca risa escuchar al ingeniero Radhamés Segura, jefe de la CDE de 1997 al 2000 y de la CDEEE desde agosto 2004 a agosto 2009, culpar a Hipólito Mejía del desastre de la Cogentrix, dizque porque asistió a la inauguración de dicha planta, cuando todo el mundo  sabe que el contrato  que sirvió de base para su instalación y operación fue firmado al final del gobierno del PLD (1996-2000) cuando el propio Segura era el administrador general de la Corporación.

Entre las causas de fondo de la crisis actual del sector eléctrico se cuenta la parálisis  de inversión en plantas eléctricas que operan con combustibles de bajo costo. Y es lamentable que en más de media docena de años al frente de la CDEEE, Segura, aparte de no conseguir inversiones privadas, tampoco fuera capaz de convencer a su gobierno para comprar con recursos propios por lo menos una sola  planta eléctrica; mientras que Diandino Peña logró un Metro y la mitad del otro.

Recuerdo los bombos con que Radhamés anunciaba la inminente llegada  al país de dos plantas a carbón (Sichuan), de China, después, dijo que vendrían desde los Emiratos Árabes, luego que de Corea; que de Canadá, que un cable submarino nos traería energía desde Colombia o una  planta-barcaza viajaría desde México.

Pero fue destituido en agosto 2009 y todavía no han llegado al país tan exóticas plantas.

Otra causa fundamental de la crisis fue el desorden a que el Gabinete Eléctrico del PLD sometió las cajas registradoras del negocio: las empresas distribuidoras; durante la carrera reeleccionista del 2008 se desbocaron y las quebraron, arruinaron al PRA e inflaron los gastos y las botellas moradas a niveles de escándalo. Para quien considere que exagero, que  revise las críticas de Marranzini de esos tiempos. Entonces, sin nuevas plantas, las distribuidoras quebradas y Petrocaribe en el piso, el servicio eléctrico se hundió bajo los pies de Radhamés. Culpar por ello a Mejía ocho años después, sí que es pura politiquería.

El Nacional

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