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Detective Willy: ¿cine autoral o industrial?

Detective Willy: ¿cine autoral o industrial?

 

Con Detective Willy se encuentra el espectador ante uno los proyectos más consistentes que permite al espectador envolverse en una historia que, siendo local, tiene vocación internacional, con un manejo de los recursos artísticos y técnicos del cine.

La cinta de aventuras plantea la larga relación, generalmente contrapuesta, entre el cine de rasgos autorales y la vocación industrial del cine, logrando un equilibrio y en el cual danzan el gusto de la gente, atraída por la historia y los personajes y su planteamiento al crítico dominicano .

Jose María Cabral junto a Penélope Adames, un guión que completa con equilibrio y belleza, sus hilos argumentales conducidos por los estilos del director para sacar exactamente lo que desea de su equipo artístico y que gerencia los recursos técnicos (fotografía, edición, dirección de arte y vestuario y música original).

Logra un conjunto audiovisual que es ciertamente una experiencia fílmica nueva. Emociones y fantasía, humor caribeño en un conjunto sustentado por la banda musical de una Rita Indiana, que evidencia cuidado, intensidad y talento.

José María Cabral parte de una historia que ubica como centro de su accionar, a un detective, negro, al que dota de una personalidad exactamente medida, sin permitirle desviarse hacia sus rutinas conocidad.

Detective Willy es aventura y acción en la que está presente el acento del humor, con un gigantesco desafío por delante: cautivar al público común con el despliegue de recursos y la versatilidad de sus talentos, muchos de ellos manejados con un criterio precursor en lo actoral y lo técnicamente cinematográfico. En Detective Willy se siente una mano que conduce cada escena cual debe ser y despliega giños a películas del cine clásico y moderno (desde Casablanca hasta Misión Imposible), cursando en la conjunción fluida de la aventura y la acción, en cuyo curso se dejan caer tintes de un humor racional y detallista, visual y de gran vuelo cinematográfico, particularmente en torno a la química del oficial policial que hace Kenny Grullón y Fausto Mata.

Dennisse Quiñones logra credibilidad como “femme fatale”, Anthony Álvarez tiene su gran regreso al cine dominicano, Fausto Mata es dirigido por otros caminos interpretativos y rinde resultados óptimos y Kenny Grullón se luce nueva vez. Cristal Jiménez apunta a su posicionamiento como excelente y efectiva actriz de reparto. Este trabajo aporta frescura y novedad al cine dominicano

El Nacional

La Voz de Todos