Opinión

Deuda con Petrocaribe

Deuda con Petrocaribe

Desde que trascendió que Venezuela había vendido al banco de inversiones estadounidense Goldman Sachs la deuda de República Dominicana con Petrocaribe, estimada en unos 4,300 millones de dólares, el Gobierno, a través del Ministerio de Hacienda, ha insistido en que nada sabe sobre la supuesta transacción. La respuesta resulta muy suspicaz, pues si con algo cuentan las autoridades es con mecanismos para aclarar en fracciones de segundos las versiones en torno a las difundidas negociaciones. La actitud, por tanto, se presta a conjeturas. Es obvio que algo se cocina, que por ahora no se quiere revelar. Tal vez porque no se conviene.

Al margen de la duda, los indicios son que Venezuela, que ahora mismo pasa por una crisis financiera que ha restringido hasta la importación de productos básicos y para colmo agravada con la estrepitosa caída de los precios del petróleo, negoció su deuda con República Dominicana. Y si el país, como se ha especulado, no está detrás de la transacción por la que el banco estadounidense solo habría pagado un 41% del valor total, debería interesarse entonces en la recompra, siempre que las condiciones en cuanto a plazo e intereses sean como ha trascendido. Sería, conforme al ejercicio de economistas y políticos, una magnífica oportunidad para reducir el monto de la deuda externa y mejorar su imagen crediticia en los mercados internacionales.

De no hacerlo, el país estaría incluso más presionado para su saldo. No es lo mismo una deuda bilateral, en la que median relaciones políticas, que un compromiso con una entidad que en lo único que cree es en su dinero. Pero además a Venezuela se le podía pagar con productos agrícolas o algún tipo de servicio en determinadas circunstancias. Con Goldman Sachs no sería el caso, por mejores incluso que puedan ser las relaciones con sus ejecutivos al más alto nivel.

Por múltiples razones hay quienes también ven la recompra con sus reservas. Sin embargo, lo que importa son las ventajas que la operación acarrearía a la economía. La deuda con Petrocaribe es a 25 años, con dos de gracia. Pero al irse acumulando, como han observado especialistas, tiene vencimiento diferente. En la operación lo que más habría que ponderar es la tasa de interés que el país pagaría por los bonos soberanos que tendría que colocar en los mercados de capitales. Con la reducción del déficit fiscal y el crecimiento que ha reconocido la Comisión Económica para América Latina (Cepal) las condiciones pueden resultar más atractivas que el 7.45% a que fue colocada este año la última emisión de bonos.

A pesar de todas las ventajas aparentes para la recompra de la deuda, tratándose de un asunto tan delicado, también conviene no festinarlo.

El Nacional

La Voz de Todos