No sería posible separar el reclamo de control sobre el gasto público del vehemente pedido de que se alcance un pacto fiscal porque ambos remedios económicos se requieren mutuamente para poder ser efectivos, o dicho de otra manera, debe haber una correspondencia entre gasto público e ingreso fiscal.
El representante del Banco Mundial, Alessandro Legrottaglie, tiene razón al recomendar al Gobierno preocuparse por el control del endeudamiento, porque su tendencia va en alza, aunque el funcionario considera que un acuerdo de fiscalidad ayudaría a recuperar eficiencia en el gasto público.
La deuda publica crece en proporción a un Producto Interno Bruto (PIB) que se incrementa por encima de la media latinoamericana, aunque la presión tributaria sigue siendo la menor del continente, con excepción de Guatemala, lo que indica que la economía crece, pero no los ingresos.
No sería posible hablar de calidad del gasto público sin asociarlo a la sostenibilidad del ingreso, aun con el reclamo de transparencia y eficiencia en el manejo o administración de los recursos.
Es por eso que el representante del Banco Mundial asocia la necesidad de un pacto fiscal con la recuperación de la eficiencia en el gasto o inversión en los sectores educación, salud y electricidad, al señalar también que fiscalidad y eficiencia son temas claves para que puedan tomarse medidas más inclusivas.
Quienes participan en el debate sobre endeudamiento y sostenibilidad de la deuda, deberían indagar las razones por las cuales la desigualdad no se reduce en la misma proporción que ha crecido la economía en los últimos años. La respuesta puede ser que los ingresos no se corresponden con la magnitud del gasto.
Para combatir la desigualdad y la pobreza se requiere que el crecimiento de la economía se refleje en el Presupuesto General del Estado a través de una fiscalidad justa, transparente, consistente y eficiente, además de un gobierno corporativo basado en la transparencia, ética y régimen de consecuencias.
Cuando se hable de endeudamiento, debe hablarse de déficit fiscal, de ingresos y presión tributaria, y cuando se hable de crecimiento de la economía, debe hablarse de justicia, equidad e inclusión social.
