Editorial

Día Mundial del Sida

Día Mundial del Sida

Se conmemora hoy el Día Mundial del Sida, una condición de salud que afecta entre el 0.8 y el 1.05% de la población dominicana, de acuerdo con la Encuesta Demográfica y de Salud (Endesa 2007), y las Estimaciones Nacionales elaboradas por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH y el Sida (Onusida).

Si bien es cierto que se ha producido una reducción estadística en los últimos años en el avance de la enfermedad, sería errático restar importancia a una condición de salud que sigue amenazando la vida de millones de personas en el mundo.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) vaticina que para el 2020, la epidemia habrá afectado a unos 24 millones de trabajadores en el mundo.

En el país se ha logrado obtener una movilización en una respuesta nacional al VIH Sida por parte de organizaciones  privadas y el Gobierno así como las agencias de cooperación internacional

Se deben reconocer esos esfuerzos que ha impulsado el Consejo Presidencial del Sida (Copresida) y otras 28 organizaciones que trabajan, cada cual desde sus ejes de acción, por enfrentar y prevenir esta grave condición de salud.

La de hoy no cursa como una conmemoración internacional con manifestaciones locales. Se trata de un recordatorio al deber que tiene toda la sociedad dominicana de aportar para reducir al mínimo la incidencia, sobre todo por la vía de la educación y la participación, de esta condición de salud que tan dramáticamente ha marcado la humanidad desde su aparición.

Pleito callejero

Los incidentes acaecidos el sábado en San Francisco de Macorís durante un partido de béisbol entre Gigantes del Cibao y Tigres del Licey, con saldo de cinco fanáticos heridos, constituyen una felonía antideportiva que transgrede la ley penal y reclama sanción ejemplarizadora.

Un arbitraje displicente pudo ser la causa de la gresca armada entre  peloteros liceístas y del equipo anfitrión en el estadio Julián Javier, porque no se realizó ninguna llamada de advertencia ni expulsión a pesar de que los lanzadores golpearon intencionalmente a siete bateadores.

Fanáticos presentes en el estadio arrojaron objetos contundentes al terreno de juego, lo que motivó que jugadores del Licey incurrieran en una falta mayor al lanzar pelotas hacia las graderías, con resultado de cinco heridos, incluido una niña de siete años.

El torneo de pelota profesional -ya cuestionado por las exorbitantes cantidades de tetrabases- sufre una merma considerable en su prestigio, a causa de la penosa muestra de incivilidad y salvajismo que tuvo lugar en San Francisco de Macorís.

La ley penal debe ser aplicada con toda rigurosidad a peloteros o fanáticos, que al lanzar pelotas o arrojar otros objetos contundentes, causaron heridas a personas que acudieron a ese estadio a disfrutar de lo que debió ser un  partido de pelota y no un pleito callejero.

El Nacional

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