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Dice gobiernos AL deben garantizar transparencia

Dice gobiernos AL deben garantizar transparencia

Los gobiernos de América Latina deben dar garantías a sus ciudadanos de un manejo pulcro de los recursos puestos en sus manos para lograr que éstos acepten un elevamiento de la presión tributaria que permita obtener los recursos que precisan para cumplir con las crecientes demandas de servicios de mayor calidad, dijo la ex presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla.

Opinó que mientras los ciudadanos tengan la percepción de que hay posibilidad de “mordidas” en el manejo de los recursos del Estado, particularmente en las compras gubernamentales, se negarán a aceptar una mayor presión tributaria.

Dijo que se trata de un círculo vicioso que deberá ser enfrentado por en las próximas generaciones por los líderes de la región.
Chinchilla participó ayer como invitada al almuerzo semanal de los medios de comunicación del Grupo Corripio, acompañada de Ryan Larrauri, rector de la Escuela de Negocios Barna, entidad que la invitó a participar en un foro; Aura Caraballo, directora de mercadeo, Ian McCluskey y Saraida de Marchena, presidenta de Markatel, donde demostró las cualidades que la llevaron a ocupan posiciones de principal importancia en su país, que culminaron con la Presidencia de la República en el período 2010-2014, (experiencia que dijo no quiere repetir, aunque la Constitución se lo permite) y que la han convertido en la actuallidad en conferencista internacional.

Como consecuencia de su anterior planteamiento, consideró que la salida del círculo vicioso es la firma de un pacto social entre las fuerzas de cada una de las naciones de la región.

“Ese pacto es indispensable para que el Estado tenga los recursos suficientes para satisfacer las crecientes demandas de la población”, dijo.

Citó su experiencia personal, ya que “quien les habla chocó de frente contra la pared”, al intentar durante tres de los cuatro de su mandato hacer una reforma tribitaria que elevara la presión tributaria en Costa Rica, lo que no pudo lograrse por la oposición de grupos minoritarios.

En ese momento hizo una reflexión acerca de la calidad de la democracia, donde con el supuesto objetivo de lograr gobernabilidad se ha legislado para grupos minoritarios, no beneficiados con el voto de las mayorías, que han obtenido capacidad de veto, ante el sistema de justicia, a todas las iniciativas que vengan desde los gobiernos.

Son los que siempre se oponen a todo, por lo que clamó por una modificación de ese escenario para volver a la esencia de la democracia, donde la mimoría se debe subordinar a las decisiones de la mayoría.

En su intervención, la ex mandataria de Costa Rica afirmó que el nivel de desarrollo alcanzado por su país no es producto de la casualidad.

Dijo que la región de Costa Rica era un territorio lejano a las principales metrópolis en la época de la colonia, lo que llevó a sus habitantes a desarrollar mecanismos de cooperación mutualista real.

Ese relativo aislamiento, que se prolongó por unos tres siglos les permitió desarrollar una sociedad “de clase media”. Cuando se declaró la independencia, el primer presidente de Costa Rica, contrario a la tradición de la mayor parte de los países de América Latina, no fue un general, sino un maestro de escuela. Hace 150 años, Costa Rica declaró la educación como un derecho humano esencial.

En 1948, tras el triunfo de una revuelta armada encabezada por José Figueres, se abolió el ejército y se estableció que los recursos que se gastaban en el mantenimiento del ejército se desviaran al educación.
Hoy el 8% del Producto Interno Bruto de Costa Rica se dedica a la educación.

UN APUNTE

Muestra de responsabilidad

Chinchilla felicitó a República Dominicana por participar en la prueba PISA que es una evaluación internacional para medir la calidad de la educación, donde el país quedó en último lugar. Dijo que se trató de un acto de valor y responsabilidad, porque ahora República Dominicana sabe dónde está y podrá hacer los ajustes necesarios para superar las debilidades encontradas.

 

Su primer acto fue pedir un préstamo

El primer acto como “ciudadana de la base” que hizo Laura Chinchilla, tras dejar en el 2014 la presidencia de Costa Rica, con lo que culminó 25 años de servicio en la administración pública, fue ir a un banco.
La idea no era chequear el balance de su cuenta, sino solicitar un préstamo.

Había ocurrido que su hijo, por los méritos acumulados como estudiante, obtuvo el derecho de una beca en una de las más prestigiosas universidades del Reino Unido. Pero se la negaron. Nadie le creyó que siendo hijo de un ex mandatario de América Latina no tuviera recursos con los cuales pagar la matrícula.
Por ello, Chinchilla y su esposo decidieron apoyar a su hijo y el único mecanismo era tomar un préstamo para el pago de la matrícula.

La anécdota, contada ayer en el almuerzo semanal de los medios de comunicación del Grupo Corripio por la ex mandataria, da una idea del por qué Costa Rica tiene uno de los mayores niveles de desarrollo humano del mundo.

La ex mandataria, tras dejar el cargo, se ha dedicado a ser conferencista internacional y “ganar dinero de verdad” en esa actividad, que acompaña con la condición de asesora en estrategias de gobernabilidad.
En esa actividad, fue la primera persona en encabezar una misión de observación de extranjeros en unas elecciones en Estados Unidos, en noviembre pasado.

También le dijo a Obama, en su cara, que Estados Unidos no podía estar presionando a los países de América Latina a combatir el narcotráfico, cuando en su país estaban legalizando el uso de drogas “con fines recreativos”.