Los haitianos muertos en 1937 atribuidos a la ola represiva desencadenada por la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo no han podido ser ubicados en las tres provincias del suroeste del país, como parte de un trabajo investigativo que realiza el exembajador y presidente del Consejo Nacional de Frontera, Radhamés Batista.
Batista dijo que ha hecho grandes esfuerzos para tratar de encontrar a alguien que lo pueda orientar sobre la ubicación de las posibles fosas comunes que necesariamente tuvieron hacerse para sepultar la cantidad de haitianos que se dice fueron eliminados en dos semanas y media de terror y abusos ordenados por Trujillo.
“No es posible, pienso yo y el equipo que me acompaña, que donde se hayan eliminado cuatro mil personas como se dice ocurrió en Jimaní, Pedernales y Villa Jaragua de Neiba, no se haya podido encontrar ni un solo hueso para confirmar que por lo menos aquí fue eliminada una persona”, manifestó Batista.
Declaró que para él ha resultado frustrante el hecho de haber entrevistado a más de 40 personas con edades comprendidas entre 85 y 90 años, sin que ninguno pueda afirmar dónde fueron enterradas esas personas o por lo menos dónde habrían pegado fuego a tantos cadáveres, como se ha afirmado a través del curso de la historia.
En lo adelante llevará su trabajo investigativo a las comunidades de Elías Piña, Dajabón y Mao, donde tratará de ubicar los 13 mil muertos que faltarían para completar la suma de 17 mil, que es la cifra que se maneja en más de uno de los informes.
Dijo esperar que en dichas comunidades aparezcan fosas comunes, por lo que solicita la colaboración de las autoridades políticas y provinciales de esos lugares, con el objetivo de que lo ayuden a ubicar personas que tengan informaciones al respecto.
Aclaró que el trabajo investigativo es con la única finalidad de establecer la verdad de lo ocurrido, en vista de que en Canadá hay una organización que acusa a la República Dominicana de haber eliminado en una semana y media 150 mil personas.
