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Dicen casa cura asesino “vivía llena de niños”

Dicen casa cura asesino “vivía llena de niños”

Casa curial en la que el padre Elvin Taveras Durán mató a martillazos y puñaladas a Fernely Carrión Saviñón.

Vecinos del sacerdote de Hainamosa que admitió el asesinato de un monaguillo de 16 años del cual abusaba sexualmente, aseguraron que la casa del religioso permanecía llena de niños, por lo que pidieron a las autoridades ampliar las investigaciones para determinar si hay más víctimas.
“Cada padre debe tomar cartas en el asunto. Él andaba siempre con una funda de chalacas y mentas para darle a los niños y en su patio había siempre unos ocho o nueve niños”, dijo indignada esta mañana la señora Lissette Pérez, quien tiene unos 30 años residiendo en ese sector de Santo Domingo Este.
Otra vecina, Natalia Rivas, quien reside al lado de la iglesia Santa Cecilia y frente a la casa curial donde el párroco Elvin Taveras Durán mató, el viernes, a martillazos y puñaladas, a Fernely Carrión Saviñón, sostuvo también que Taveras Durán se ganaba el aprecio de los niños regalándole dulces y que tenía por costumbre llegar a su casa pasadas las 11:00 de la noche.
Pérez agregó que, a pesar de que nunca confió plenamente en el sacerdote porque no miraba a las personas a los ojos, era hermético, callado y siempre estaba intranquilo, nunca se imaginó que en ese sector ocurriera un hecho tan alarmante como ese.
Otros religiosos se han visto envueltos en escándalos sexuales en el país, como el exnuncio apostólico Józef Wesolowski; Wojciech Gil y Meregildo Díaz Díaz. Este último era director del Centro Infantil Hainamosa; fue condenado a 20 años de prisión en 2005 por ordenar el asesinato de una pareja de esposos, con cuyo marido mantenía una relación homosexual.
Sangre fría
“El domingo él hizo un bautizo en la iglesia, con su sangre muy fría y con ese asesinato sobre su consciencia. Un bautismo multitudinario y él estaba muy tranquilo muy relajado mientras esa familia buscaba a su hijo”, lamentó Rivas.
Varias personas consultadas en el sector se mostraron renuentes a hablar con la prensa, otros decían que no lo conocían y en el colegio parroquial Santa Cecilia aseguraron que él no laboraba allí, a pesar de que algunos afirman que sí era parte de la dirección como párroco de la iglesia. El colegio está ubicado en la calle Padre Antonio y Alumna, en el residencial Los Rosales, colindando en el patio con la mencionada iglesia, que queda en la calle Santa Cecilia esquina Segunda.
Una señora morena salió al llamado de la puerta, y se marchó rápidamente sin abrir la reja tras decir que el sacerdote no trabajaba allí.
Pérez aseguró que los dirigentes de la iglesia en el sector se han puesto enemigos de ella porque quieren ocultar lo que pasó, a pesar de que la Arquidiócesis de Santo Domingo suspendió ayer al acusado.
Fernely fue sepultado la tarde de ayer en el Cementerio de Villa Mella, Santo Domingo Norte, en medio del inconsolable llanto e indignación de sus familiares y amigos.
El religioso había arrojado el viernes el cuerpo del joven en un matorral de la comunidad de Guerra, donde lo encontraron las autoridades ese mismo día, pero fue ayer que se determinó que se trataba del adolescente.
Otra residente, Altagracia Pérez, dijo que se sorprendió con la noticia pero opinó que realmente nada de eso es novedad ya en el país.
Consideró que los padres deben estar al pendientes de las personas con las que se juntan sus hijos y de lo que hacen.
“Si a mi casa un hijo mío lleva algo yo tengo que saber de dónde salió”, expresó.

El Nacional

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