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Diferentes continentes, una misma lucha

Diferentes continentes, una misma lucha

Como miembros de tres religiones diferentes en Irán, hemos personalmente experimentado la transgresión de la libertad religiosa por parte del gobierno. Hemos sido forzados a salir del país para buscar refugio en lugares donde podamos vivir sin miedo. Los bahá’ís, cristianos y musulmanes sufíes que siguen en Irán continúan sufriendo de serios abusos en contra de sus derechos de practicar su culto, reunirse y educarse.

Hoy, Latinoamérica es vista como un lugar donde se mezclan diferentes religiones y grupos étnicos, al igual que diversos modos de vivir. Aquellos de nosotros quienes vivimos en Irán hemos visto la lucha histórica que ha enfrentado la región por los derechos humanos y la construcción de una democracia. Es precisamente esta historia la que nos hace creer que los latinoamericanos pueden tener empatía con los iraníes quienes son hostigados simplemente por sus creencias.

Es por ello sorprendente que varios países latinoamericanos que tradicionalmente ayudan a concientizar sobre la situación de derechos humanos en Irán, se abstuvieron de participar en un voto tan importante como lo es el de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos en la Republica Islámica. Si bien la resolución tuvo fuerte apoyo internacional, el silencio de países como República Dominicana, Guatemala y El Salvador es curioso e incierto.

En 2010, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas realizó el Examen Periódico Universal (EPU) sobre la situación de los derechos humanos en Irán. Países latinoamericanos fueron fuertes ofreciéndole a Irán recomendaciones sobre cómo mejorar la protección de libertades religiosas. Si bien Irán voluntariamente prometió proteger la libertad de minorías religiosas, cuatro años después, todas estas recomendaciones siguen sin implementarse.

De hecho, Irán ha estado tomando la dirección incorrecta en materia de derechos religiosos. El número de prisioneros condenados por sus prácticas religiosas continúa creciendo. Iglesias son arbitrariamente cerradas y lugares en donde se practica en privado el culto religioso son allanadas por la policía. Sin las voces de la comunidad internacional en apoyo a estos grupos perseguidos, su marginación continuará con impunidad.

En octubre el Consejo de Derechos Humanos se volvió a reunir con varios países de la región para revisar el progreso de Irán ante las recomendaciones ofrecidas en el Examen Periódico Universal, declarando su decepción ante la falta de progreso de Irán y reafirmando sus recomendaciones sobre la libertad religiosa.

Con al menos 120 prisioneros actualmente en Irán, los bahá’ís han sufrido represión sistemática durante las últimas dos décadas. Sus propiedades han sido confiscadas, sus cementerios destruidos y la educación prohibida. Mientras que la Constitución protege el derecho de la minorías religiosas “reconocidas”, a los bahá’ís por ser una minoría religiosa no reconocida, no se les reconoce legalmente el derecho a practicar sus creencias.

Si bien los cristianos son una minoría reconocida, muchos de ellos aún tienen prohibido practicar libremente sus derechos, particularmente aquellos que recientemente se convirtieron en cristianos. Al menos 49 cristianos están actualmente bajo custodia por participar en las iglesias, incluyendo el Pastor

Farshid Fathi. Varias iglesias registradas también han sido cerradas por supuestamente permitir que los no cristianos asistieran a servicios.

Incluso los musulmanes no han sido inmunes a la persecución religiosa en Irán. Aquellos musulmanes que pertenecen a grupos minoritarios o quienes tienen diferentes visiones religiosas a los líderes de Irán sufren de ataques en sus lugares de culto, de destrucción de cementerios y arresto de sus líderes. Varios abogados musulmanes sufíes, incluyendo Mostafa Daneshjou y Hamidreza Moradi están en prisión por defender los derechos de derviches gonabadi.

Este es el historial de Irán. Los hemos sentido en carne propia.

Mientras Irán reflexiona sobre cuáles recomendaciones aceptar de la sesión de EPU, la Asamblea General se prepara a fines de diciembre para formalmente adoptar la resolución de derechos humanos aprobada el último noviembre por un comité humanitario que atenta con mejorar la vida de los ciudadanos iraníes. Aquellos que se abstuvieron el mes pasado, incluyendo República Dominicana, Guatemala y El Salvador, tendrán otra oportunidad para recordarles a los iraníes y al gobierno que el derecho a la religión es una preocupación internacional.

Como miembros de tres grupos religiosos, esperamos que estos países aprovechen la oportunidad de honrar sus propias historias dolorosas e inspiradoras, y de honrar a los iraníes que son hostigados simplemente por sus creencias. Es hora de que Irán se responsabilice de sus promesas con respecto a los derechos humanos y asegure la justicia a todos los grupos religiosos que son reprimidos en Irán. Llegó la hora de que República Dominicana, Guatemala y El Salvador envíen un mensaje más fuerte y voten sí.

Arash Emadi es un refugiado iraní y cristiano convertido viviendo en Turquía. Ha operado páginas web para ministros cristianos y grupos activistas dentro y fuera de Irán, y fue detenido por las autoridades iraníes por cinco días en el año 2011.

Farhad Noori ha sido un periodista activo desde 2007 y es Jefe de Redacción de Majzooban Noor, una agencia de noticias que cubre noticias relacionadas a los derviches gonabadi. Es un musulmán gonabadi sufí y un refugiado iraní viviendo en Australia.

Daniel Owji es un refugiado iraní y bahá’í viviendo en Australia. Fue expulsado de la universidad a causa de las creencias de su padre y luego fue arrestado en 2011 por participar en una comunidad alternativa llamada la Institución de Educación Bahá’í.

El Nacional

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