Opinión

Difícil caminata

Difícil caminata

La población emprende desde hoy una caminata desigual para recorrer todo el 2018 por caminos agrestes con pendientes empedradas y resbaladizas, difíciles de transitar o escalar, que requiere que Gobierno, clase política y empresariado enciendan antorchas que iluminen senderos y poder así enfrentar hiedras y dragones.

El presidente Danilo Medina procura despejar los senderos de incertidumbre al anunciar que su gobierno concluirá este año a Punta Catalina, la segunda línea del Metro, el teleférico, más 600 escuelas y 60 hospitales, además de vaticinar un mayor crecimiento de la economía.

Hay quienes interpretan como exceso de optimismo la afirmación presidencial de que el PIB dominicano superará el 6% en 2018, pero muchos opinan que es mejor a que por desproporción de pesimismo la población reciba un balde de agua fría, antes de iniciar la gran marcha.

Conviene quizás que las autoridades procuren desde este primer día laborable entrelazar de manera armónica un propósito de acercamiento a la realidad objetiva con un severo programa de planificación de políticas públicas, que haga estrecho el portón de las improvisaciones.

Falta saber cómo el Gobierno cumplirá con su meta de reducción del déficit fiscal, si adelanta fastuosos anuncios sobre terminación de obras que requieren todavía gran inversión, sin que se ofrezcan seguridades de que la Dirección de Impuestos Internos pueda aumentar de mantera significativa las recaudaciones.

A fuerza de mucho repetirlo, el tema del excesivo endeudamiento externo se ha convertido en un ruido económico y político, más que en convocatoria para discutir un tema que se mercadea como de gran riesgo para la estabilidad financiera y monetaria.

El partido oficial parece acomodado al juego de la ruleta rusa, sin tomar en cuenta que en algún momento el percusor del arma golpeará el punto donde explota la pólvora, como también la oposición política se deslumbra con fuegos de artificio, como si su compromiso se limitara a ejercer el rol de bufón de alguna Corte.

La población no guarda mayor esperanza de que durante la caminata de 12 meses el Gobierno desenvaine su espada para cercenar todas las cabezas de la corrupción e impunidad, ni en imponer control migratorio e incrementar la seguridad ciudadana. Aun así, lo más saludable sería pensar que en 2018 el optimismo vencerá al pesimismo y que la sociedad halará la cuerda en la misma dirección.

El Nacional

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