La muerte de Hugo Chávez lo eleva a la inmortalidad como personaje influyente en política y economía de América, con dimensión trascendente más allá del entorno bolivariano con impacto global por su manejo del poderoso recurso petrolero venezolano.
Con detractores y defensores, sin dudas que Chávez encarnó nuevo estilo gobernante, rompió la hegemonía partidaria tradicional socialdemócrata y socialcristiana y reivindicó los sectores nacionales más necesitados con desigual distribución de riqueza.
Odiado por oligarcas asociados al imperio norteño, el antiguo coronel golpista llegó legítimamente al poder por vía electoral en 1999 con apoyo sin precedentes para un ejercicio presidencial continuo, truncado por la muerte que le impidió jurar para el sexenio 2012-2018.
En ese lapso fue reelegido, propició modificaciones constitucionales, desarrolló políticas públicas para personas de menores recursos, enfrentó poderes tradicionales, innovó con estilo particular, fue conversador con el pueblo, espontáneo, mediático, desafiante, internacionalista.
Quizás la característica más resaltante de Chávez fue la solidaridad en sentido amplio, concepto de integración latinoamericana y prédica del pensamiento de Simón Bolívar traducido a la Patria Grande que siempre soñó el libertador suramericano.
Chávez manejó estratégicamente no sólo el recurso petrolero de Venezuela, que utilizó para asistir solidariamente sus vecinos y aliados, sino medios de comunicación como defensa y proyección y fue padre de la cadena Telesur, versión latina para contraponer la manipulación global de CNN.
Sus honras fúnebres fueron cumbre de estadistas y dignatarios mundiales, más de 30 gobernantes y 50 delegaciones internacionales, lo que evidencia su dimensión post mortem que lo catapulta como figura de relieve global con influencia presente y porvenir en economía y política.
Su partida abre interrogantes que sólo el tiempo responderá, a lo interno de Venezuela como en el vecindario latinoamericano, porque murió sin cristalizar la integración económica, primero, y política, después, de la Gran Patria anhelada por Bolívar.
