Semana

Dinamismo Cultural: Ironías del destino

Dinamismo Cultural: Ironías del destino

Las actividades culturales de La Vega eran compartidas con los pueblos vecinos que venían a nuestros actos y de igual manera nosotros asistíamos a los suyos. Incluso a los concursos o certámenes literarios y estudiantiles que realizábamos, concurrían delegaciones nutridas de los pueblos vecinos.
Regularmente Moca, la de mayor desarrollo cultural y literario del país aunque no se le reconociera como tal, era una potencia en cantidad y calidad de creadores, participaba junto con Santiago, Salcedo, Bonao, San Francisco y San Pedro de Macorís en todas las actividades que se realizaban en La Vega, que a su vez participaba en los demás pueblos, recibiendo y otorgando merecidos galardones. Moca sigue aún a la vanguardia por la cantidad y calidad de sus creadores que mantienen una febril actividad cultural.
La intensidad de las actividades culturales en Moca era tal en el pasado, que cuando en La Vega vino a construirse el teatro de la sociedad La Progresista, en 1910, ya en Moca, según Julio Jaime Julia, habían construido dos teatros.
La cantidad y calidad de los poetas mocanos nunca ha sido igualada por ninguno de los pueblos vecinos. Hoy Moca tiene la primacía en el Cibao, entiéndase, en el Cibao, porque su senador cuenta con un equipo de colaboradores con quienes desarrolla un amplio programa cultural a lo largo de todos estos años y desde antes de ser legislador de la República.
El joven José Rafael Vargas es quien mueve ahora los grupos y personas de otras ciudades hacia Moca. Allí hemos participado en numerosos eventos en estos últimos años, desde homenajes de reconocimiento a figuras de las letras, la política y todo el quehacer cultural, hasta la exaltación de los mocanos prominentes que constituyen figuras históricas de primer orden.
La Vega debe recuperar su primacía cultural, basada en el elemento vegano capaz con que cuenta, pero mientras esto no se entienda, seguiremos muy por debajo de los pueblos vecinos. Pero hay esperanzas de que las cosas cambien, aunque sea a partir de los aportes que el senador mocano hace a La Vega, como el reconocimiento a Juan Antonio Alix, efectuado el domingo 3 de junio.
El reconocimiento continuará en septiembre, y este pueblo no tiene cómo agradecerle esa muestra de solidaridad con nosotros, al igual que ha hecho la Academia Dominicana de la Lengua y el Ateneo Insular, manteniendo a flote el taller literario Federico García Godoy, que hasta ahora se ha llevado el récord en la realización de actos culturales en esta ciudad.
Estamos alicaídos, pero se trabaja para obtener logros tangibles y la persistencia de los actores culturales, “por insistir en lo que los une y prescindir de lo que los separa”, dará sus frutos. Esa conexión del senador mocano, ante la orfandad de los veganos, con el Instituto Vegano de la Cultura, ha cuajado frutos excelentes y esperamos que continúe. Los necesitamos.
Los demás grupos y actores culturales veganos también siguen trabajando, para que haya un movimiento vigoroso y plural, sin exclusiones ni discriminación, para que todos los creadores veganos reciban el apoyo necesario en sus actividades creativas sin importar sus contradicciones con el status quo, porque la riqueza cultural se encuentra en la variedad dentro de la unidad y cierto nivel de competencia decente es necesaria para el florecimiento que necesita esta aldea, para volver a ser el pueblo cosmopolita que una vez fue.
En estos momentos se está constituyendo la Fundación Vegana por la Cultura, que se convertirá en otro instrumento para el engrandecimiento cultural de este pueblo y que ya ha realizado varias actividades públicas exitosas. De modo, que no está muy lejano el día en que las delegaciones culturales veganas vuelvan a los pueblos vecinos a conquistar lauros que enaltezcan a todo nuestro pueblo y que seamos de nuevo una referencia para todos los pueblos de la República.
El autor es sociólogo

El Nacional

La Voz de Todos