La Independencia Nacional, de cuya proclamación se conmemora hoy el 173 aniversario, constituye la empresa más extraordinaria que puede emprender un conglomerado humano asentado sobre un territorio y unido por un idioma, cultura y tradición.
El 27 de febrero de 1844, con el trabucazo de Ramón Matías Mella ante la Puerta de la Misericordia, se proclama la República Dominicana, nación libre e independiente, ideada por Juan Pablo Duarte y forjada por Francisco del Rosario Sánchez, y demás miembros de la agrupación patriótica La Trinitaria.
Esa gesta no solo conllevó a la separación definitiva del dominio haitiano sobre el territorio hispánico de la isla, sino la fundación de un ente jurídico sustentado en un gentilicio pletórico de orgullo y ansioso de cobijarse en una patria libre de toda intervención extranjera.
El ideal de la nacionalidad se construyó sobre el coraje, determinación, sangre y sacrificio de miles de hombres y mujeres que vencieron al vecino invasor y posteriormente derrotaron al imperio colonial y a los traidores que osaron izar la bandera de la Corona en lugar del lienzo tricolor.
En el trayecto de 173 años, buenos y verdaderos dominicanos se han sublevado contra toda forma de tiranía u opresión y asumido el papel de David en las ocasiones cuando el Goliat del Norte ha mancillado la soberanía nacional.
Los dominicanos de hoy tienen el deber, la obligación, el compromiso de preservar y defender el legado de los padres de la patria, de una nación que se sustenta en la democracia, la libertad y la independencia, con acendrada vocación de poder alcanzar algún día un auténtico estadio de justicia social.
Las presentes generaciones tienen que asumir como suyas la expresión duartiana de que “vivir sin patria es lo mismo que vivir sin honor”, como también su advertencia de que los enemigos de la Patria “están todos muy acordes en esta idea: destruir la nacionalidad, aunque para ello sea preciso aniquilar la nación entera.”
Un pueblo henchido de gratitud y orgullo festeja hoy el 173 aniversario de la Independencia Nacional, con la firme promesa de defender y preservar su territorio, Constitución, himno, bandera, idioma, cultura, gentilicio y soberanía. ¡Viva la República Dominicana!
