El préstamo por 93 millones de dólares para la compra de ocho aviones Tucanos quedó ayer sobre la mesa, porque la mayoría de los diputados del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) objeta su ratificación por entender que el mantenimiento y operación de esas aeronaves resultan muy costosos.
Legisladores oficialistas que pidieron el anonimato explicaron que una hora de vuelo en uno de esos aviones sale a mil 500 dólares, es decir, 51 mil pesos.
Además, que el costo de los aviones por unidad es muy caro en relación con otros similares ofertados por diferentes compañías.
El bloque de diputados del PLD tiene programada una reunión para este mediodía, encabezada por el presidente de la Cámara Baja, licenciado Julio César Valentín para convencer a sus colegas de que voten por ese empréstito.
El diputado de la Fuerza Nacional Progresista (FNP), licenciado Pelegrín Castillo, consideró que los congresistas deben aprobar la ratificación de ese préstamo, porque servirán para vigilar el espacio aéreo del narcotráfico.
Los diputados peledeístas y los aliados son 98 de una matrícula de 178. Para sesionar se requiere la presencia de 90 diputados.
La Cámara Baja dejó también sobre la mesa, el proyecto que autoriza el derribo de aviones y destrucción de naves marítimas ligadas al narcotráfico.
Castillo, diputado de la FNP, dijo que espera que sus colegas respalden su iniciativa, que representaría un duro golpe contra el crimen del narcotráfico, que es apadrinado por muchos sectores.
Solicitó a sus colegas que rechacen la presión de la embajada de Estados Unidos que se opone a la aprobación de su iniciativa.
En otro orden, la Cámara de Diputados aprobó el Acuerdo de Asociación Económica entre los Estados miembros del Cariforum y la Comunidad Europea.
Ese convenio permitirá a la República Dominicana colocar en los mercados europesos, libres de aranceles, guineos, tabaco, ron, cacao y otros productos.
El convenio fue aprobado por los bloques mayoritarios, a excepción del de la FNP, cuyo vocero, licenciado Pelegrín Castillo, explicó que no podía votar favorablemente por un tratado que no conocía.
Opinó que era contraproducente que un convenio de tantas implicaciones fuera sancionado por los diputados sin siquiera leerlo, ni poder explicar a sus electores su contenido.
Solicitó que la pieza fuera remitida a estudio de una comisión, posición que fue rechazada por el pleno.
