Definitivamente, que hay que nacer con suerte en la vida, me refiero al señor Manuel Cholo- Suero, quien no bien había terminado de ser derrotado en las votaciones para elegir un nuevo comité ejecutivo de la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (Abadina), cuando lo escogieron como vicepresidente de la Asociación de Béisbol (Abedina).
Falló en reelegirse en la Abadina, sencillamente, porque su gestión al frente de la institución que rige el basket en la capital fue más que un desastre. Una gestión perniciosa para el baloncesto.
Lo único que le dejó al presidente entrante, Johnny Marte, fueron muchos problemas. Entre los que sobresale una deuda de casi un millón de pesos con los miembros del Colegio de Arbitros y Anotadores, quienes con razón no pitaron el día inaugural del torneo pre-superior de basket del Distrito Nacional, por lo que la justa tuvo que posponerse para otra fecha.
El nuevo comité ejecutivo de la Abadina está en la obligación de explicarle a todos los deportistas y al pueblo en general, las reales circunstancias en que encontró la entidad. Es su deber, porque hay que terminar con la permisivilidad y los falsos dirigentes deportivos.
A Suero, sin embargo, quien es además viceministro del Ministerio de Deportes (Medirec), hay que reconocerles el mérito de que ha sabido nadar para mantenerse arriba en las turbulentas aguas del deporte.
La piscina olímpica
Esta vez también tocaré brevemente el tema de la piscina olímpica, la que asimismo, olímpicamente el Ministerio de Deportes y la Federación Dominicana de Natación han dejado podrir, caerse a pedazos.
Da pena ver las condiciones en que se encuentra el Parque Acuático del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte y, aunque usted no lo crea, no sirve ni siquiera para la crianza de los sapos.
Pero lo triste es que, mientras Felipe Payano no cumple con las prioridades del deporte, por supuestamente no existir recursos, anuncia con bombos y platillos que apoyará, por sexto año consecutivo, un paseo a un torneo mundial de maxi-baloncesto.
Maxi-baloncesto, es una actividad que la practican baloncelistas retirados. Dígame usted, señor ministro. ¡Cuánto abuso!.
La suerte que su tiempo en la Medirec cada día se achica más.
