La Asociación de Cronistas Deportivos de Santo Domingo (ACD), celebró su premiación anual en la que reconoció el trabajo realizado por los miembros de esa prestigiosa institución durante el año 2010.
Es de justicia reconocer el empeño que puso el presidente de la ACD, doctor José Pío Santana, junto a los demás directivos de esa entidad, para que el acto se efectuara con mucho entusiasmo y compañerismo.
Felicito a los comunicadores que salieron gananciosos y exhorto a redoblar el trabajo a los que, en esta oportunidad, no lograron coronar el sacrificio del pasado año, para que en la próxima entrega, obtengan el éxito.
Empero, sin querer empañar, ni tratar de quitarle brillo al acto de la institución a la que pertenezco, me gustaría saber el motivo que tuvieron los dirigentes de la ACD para reconocer al señor Leonardo Matos Berrido.
Quizás el presidente de la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana pueda tener méritos para que otra institución lo reconozca, pero nunca de la Asociación de Cronistas Deportivos de Santo Domingo (ACD).
Ese fue un reconocimiento inmerecido e inoportuno a Matos Berrido, quien tiene un historial, sino de persecución, de muy poco amigo con los periodistas deportivos.
Basta con recordar que ha actuado como un dictador, impidiendo en ocasiones, que los cronistas deportivos cumplan con su sagrado deber de buscar las noticias de primera mano en eventos dirigidos por su Liga de Béisbol.
Peor aún, todavía, crucificó al narrador deportivo Rubio Blondy, al que suspendió de ganarse su vida en lo que él sabe hacer, sencillamente, porque hizo un comentario que no fue del agrado del todopoderoso Matos Berrido.
Entonces, hermanos de la ACD, ¿Cómo nuestra institución podía premiar a un señor así?
Por favor, no olvidemos tan rápido .
