Deportes

Disparos

Disparos

A diario se escucha decir que el deporte es el sector más sano que existe en una sociedad. Para muchos eso es un axioma, una verdad tan evidente que no necesita la más mínima explicación.

Nadie que esté en su sano juicio, según los abanderados de esta teoría, puede pensar lo contrario. Si lo hace corre el riesgo de que lo cataloguen -y sale en coche- de enemigo del deporte.

Sin embargo, tras vivir en carne propia la situación  real del deporte en República Dominicana y seguir a través de la prensa internacional esa actividad en el mundo,

llegué a la conclusión de que la cacareada sanidad es un mito.

Al contrario, el deporte se ha convertido en uno de los espacios donde más han calado los vicios y la corrupción en los últimos años. Ahí se esconden malévolos con caras de santos, que su único objetivo es dañar y hacer dinero a cualquier precio.

Ya casi no existe el juego limpio, ni en las competencias, ni mucho menos cuando se van a escoger los dirigentes de las instituciones deportivas. Podrían aparecer excepciones, pero habría que buscarla con la lámpara de Diógenes.

Pero lo más grave es que, muy pocos, por no decir nadie, cuestiona nada de esa cruda realidad.

Por años en el país, quienes tienen el medio y pueden hacerlo, han optado por mantener silencio ante las cosas indebidas que se cometen en el deporte, algunos se justifican bajo el débil pretexto de que no quieren hacerle daño a la actividad denunciando sus males.

Otros callan, sin importarles lo que digan, para no lesionar intereses.

Pero en vez de hacer bien, ese silencio ha contribuido al progresivo deterioro de las instituciones deportivas y, lo que es peor, de los atletas y dirigentes, quienes al no tener críticos hacen todas las diabluras que están a su alcance.

Hay que emprender una cruzada de denuncias contra los insaciables de poder y dinero que han sumergido a la actividad en la más vil podredumbre. Pero, además, hay que luchar para  rescatar el deporte de las manos de los impostores que lo tienen secuestrado.

El Nacional

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