Opinión

¡División Berlanga!

¡División Berlanga!

(XXXIII)
Como hemos relatado en nuestra columna anterior, al enterarnos por la conversacion de mister Breck con nuestro padre, de la preocupación que se había comenzado a manifestar de los dueños de la United Fruit, con asiento en Estados Unidos, con la extensión incontenible de las enfermedades de la sigatoka, y mal de Panamá, en la que había sido una plantación esplendorosa y productora, como la División Agrícola Berlanga, de la Republica Dominicana, inversión en la cual la United Fruit Company, a partir de 1945 había comenzado a obtener beneficios importantes, garantizados por la estabilidad de sus labores en el país, incuestionable debido a la estabilidad ytranquilidad que le garantizaba el régimen dictatorial de Rafael Trujillo Molina, quien no era un subalterno o capataz territorial como sucedía en los países centroamericanos y en Cuba, ya que en la realidad de los hechos era un socio de la United Fruit.

Los ejecutivos de la Grenada Company comenzaron a estudiar la posibilidad de auspiciar a productores nacionales, particularmente de las provincias de Monte Cristi, Santiago Rodríguez, Valverde y Santiago, para que se dedicaran a producir los guineos “Johnson o Gros Michel” así como el “Cavendish o media mata”.

Don Rolando Cose, superintendente de la División Agrícola, fue relevado por un ingeniero agrónomo estadounidense apellido Spence, quien estaba casado con una dama nicaragüense, doña Rosa Debayle, que como hemos relatado tenía un parentesco directo con los hijos de Anastasio Somoza García, asesino de Augusto Cesar Sandino, apoyado por el gobierno estadounidense de esa época, y que fue ajusticiado en el año 1956. La personalidad y los conocimientos de mister Spence estaban muy lejos de sus antecesores, particularmente mister Morris, mister Shaw, mister Kidd y don Rolando Cose.

Al irse extendiéndo en la Línea Noroeste el sistema de colonato de la División Berlanga, se instalaron en el paraje de El Pocito en el municipio de Guayubín, seis lavaderos de las frutas y se construyó un pequeño chalet, que no tenía el diseño ni el tamaño de los que se habían construido en las fincas originales, y se extendió desde La Cruz de Palo Verde hasta El Pocito, la vía férrea que tenía su destino al puerto de Manzanillo; se calcula que la extensión era de ochenta y seis kilómetros, desde al puerto hasta el paraje de Guayubín.

Comenzaron a utilizarse para fumigar las plantaciones de los colonos, los helicópteros que tenían su base en la finca de “Walterio” y que despegaban desde el pequeño helipuerto que se había construido en ese lugar.

El responsable como coordinador ejecutivo de ese sistema tan moderno de fumigación era nuestro hermano Mario César, conocido también con el nombre de “Capitán Memoria”.

En homenaje a esa realidad, debemos dejar constancia que ese sobrenombre de nuestro hermano y que se había convertido en el más eficiente listero de planillas de la División Berlanga fue porque, ambidextro, escribía con la mano derecha exactamente igual que con la izquierda, conservaba en su memoria los nombres y los números de cédulas, en la mayoría de las veces de ciento veinte cinco a ciento cincuenta trabajadores agrícolas.

Mario César, hoy vivo aun, residió en “El Pocito” con su esposa María Guillermina Cose, mejor conocida como “Mina”, más de un año y luego fue trasladado en la medida que continuaron extendiéndose las plantaciones de los colonos, a residir en la ciudad de Mao, capital de la provincia Valverde, hermosa y moderna comunidad, que había construido en su fase de esplendor la dictadura de Trujillo Continuaremos…

El Nacional

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