Con el inicio ayer del Plan Dominicana Limpia, el Gobierno parece voltear ojos hacia la solución definitiva de la crasa deficiencia en el manejo de los desechos sólidos en todo el territorio nacional, un dilatado y grave problema que agobia y enferma a la población.
El presidente Danilo Medina anunció una inversión de mil 500 millones de pesos en tres años para que los ayuntamientos ejecuten el proyecto de reducir, reciclar y reutilizar gran parte de las 14 mil toneladas de basura que se producen diariamente.
No sería posible que República Dominicana se acerque siquiera a las puertas de la modernidad, sin que sus autoridades previamente garanticen el uso y destino adecuado y controlado de los desechos sólidos.
Se resalta la iniciativa presentada ayer por el presidente Danilo Medina que procura reciclar y utilizar como abono o combustible el 51 por ciento de la basura generada en todo el país, además de garantizar que los 398 vertederos existentes cumplan con los estándares establecidos.
El Proyecto Punta Catalina, una vez terminado, dará un gran espaldarazo, al Plan Dominicana Limpia, al utilizar cerca de dos mil 600 toneladas de basura diariamente para la generación de electricidad, equivalente a la cantida de desechos que produce la capital.
Ese Plan no puede separarse nunca de otro programa de educación y concienciación de la población sobre la necesidad de recoger, reciclar y reusar los desechos sólidos, porque sin la combinación de esas dos iniciativas, sería como desperdiciar tiempo y botar el dinero.
Además de férrea voluntad política en la aplicación de tan ambicioso e impostergable proyecto, se requiere que la Liga Municipal y los ayuntamientos manejen con absoluta transparencia y eficiencia los recursos destinados a la compra de equipos y que cumplan cabalmente con el cronograma de ejecución.
Ojalá que no esté lejos el día cuando la población recicle en colectores diferentes los desechos orgánicos, plásticos, vidrios y metales, y que ningún desaprensivo lance desperdicios a la vía pública.
