Opinión

Don Pepín Corripio

Don Pepín Corripio

Esta semana, en esta especie de vivencias biográficas, quiero llevar luces a las nuevas generaciones para que conozcan el origen y la trayectoria de sus grandes protagonistas e hijos meritorios de nuestra República Dominicana. En esta ocasión quiero destacar y dar algunas pinceladas de mi respetado y gran amigo don José Luis «Pepín» Corripio Estrada, quien es para nosotros no solo uno de los mayores líderes empresariales de nuestro país, en diversas áreas del comercio, la agroindustria, la industria, distribución de vehículos, cadenas de televisión, emisoras de radio, prensa, etc., sino también una referencia social, familiar y moral de nuestro país.

Tuve el privilegio de conocerlo hace muchos años cuando nos honró con su visita en nuestras oficinas en el edificio Machado para tratar algunos temas relacionados al comercio y la inversión, y desde que lo ví y escuché, sabía que estaba frente a un hombre extraordinario, pragmático, de acción y resultados y con una visión adelantada a su tiempo.

Dicen que un buen padre da unos buenos hijos, y esa es la mayor riqueza que lo caracteriza, ya que sus hijos son un ejemplo que dignifica nuestra sociedad. Quiero resaltar algunas sabias recordaciones fruto de sus vivencias que nos legó en su discurso pronunciado en Noviembre del 2014: “Mi papá me enseñó a trabajar hasta que me gustó.

La coerción es importante para la disciplina y el éxito. Analizar día a día los errores ajenos y propios. El conocimiento es importante, pero es más importante la perseverancia y el trabajo.

Todas las crisis se originan en una abundancia mal administrada. La peor forma de educar es en la abundancia. El rico del mañana es el pobre de hoy, que tiene que trabajar duro para avanzar. Hay que crear la “pobreza inducida” y accesar a las comodidades con un retraso de 15 años. El capital es lo que uno gana y no gasta. La vida está llena de “necesidades innecesarias”.

El éxito no es un derecho por haber trabajado, por lo que hay que recibirlo con humildad. No se debe exhibir el éxito. Los problemas son parte del trabajo, la sal de la actividad, te mantienen despierto. Los diferentes negocios son iguales en el 90%. Lo malo del negocio viene solo. Lo bueno hay que lucharlo mucho. Las decisiones se deben de tomar en reposo, ni emocionado ni deprimido. No todo lo viejo es malo ni todo lo nuevo es bueno.

No hay peor competidor que un pleito entre familia o socios.

Hay que respetar los valores éticos. Hay que pagar las deudas. Uno es un administrador de lo que dice que es de uno. Pero todo se queda y uno se va. La mayor liberación que me ha dado el dinero es que por su falta, me vea obligado a hacer algo que no deba hacer”. Sabios consejos de un triunfador, batallador y trabajador incansable, Don Pepín Corripio.

El Nacional

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