A pesar de que la vida no deja excepción para los que se retiran al mas allá, la muerte de Doña Renee despidiéndose de la madre tierra, yéndose lentamente, ha sido una de los decesos que mas me han impresionado, no solo porque ella calo tanto como primera dama en muchos aspectos que hoy son reconocidos, sino porque en el orden personal guardo algunos recuerdos que siempre me hacen valorizar la dimensión de su condición humana que le toco cumplir en el ejercicio del poder con su esposo el ex presidente constitucional don Antonio Guzmán Fernández, digno aportador de esfuerzos que calaron en nuestra historia de vida republicana.
La estirpe de esta recordada dama, de padre Francés y madre Brasileña, influyo notablemente como primera dama de un presidente repleto de dignidad y honradez pero carente de títulos académicos siendo un agricultor pero asediado siempre, mientras fue gobierno, con diferencias políticas en su entorno propia de ambiciones, justas tal vez , pero agraviadas con el impacto de la muerte por accidente de su hijo Iván terminando finalmente don Antonio a pocos meses de concluir su cuatrienio con un suicidio en el propio palacio.
Ojala el todo poderoso le reserve en el mas allá el justo lugar que Dios depara a los que se ganan en la tierra un lugar especial en el reino de los cielos y más cuando en política estamos acostumbrados a ver recuerdos de políticos avergonzando familias, partidos y gobiernos cuando les toca en la vida terrenal desempeñar funciones de naturaleza política especiales. Mi familia se une al dolor que hoy embarga a todo el país y quiero felicitar las declaraciones con motivo de su muerte del presidente Danilo Medina que extracto magistralmente el papel histórico de aquella prestante dama fallecida.
Nunca olvido dos detalles que viví con aquella pareja. En una ocasión histórica para mí, la recién designada pareja presidencial Guzmán Klang, nos toco asistir a una recepción que patrocinaba para la paz mi profesor universitario y emparentado don Julio Cesar Castaños Espaillat. Me toco ocupar una mesas especial con mi esposa y la pareja Guzmán y conversando aquella noche dona Renee dijo a su esposo,e Hay Antonio, viendo a Juan Arístides se parecen mucho ustedes.
Nos sonreímos con nuestro ego reverdecido. Yo le dije, don Antonio, nuestro apellido comúnes del Cibao los dos, no tendremos ascendencias cercanas?. Respondió don Antonio a Renee, que iban a ver a fondo su árbol genealógico. Pasan los años y allá por el 2008 estando nosotros en una importante misa en mi pueblo Moca llega motivando la atención de los presentes doña Renee, alguien me dijo al oído que cumpliera con mi papel de ex canciller y que fuera a encontrar a doña Renne que estaba llegando.
