Opinión

Duarte y la independencia

Duarte y la independencia

Cuando el general haitiano Jean Pierre Boyer, acompañado de su ejército, invadió lo que hoy día se conoce como República Dominicana (ocupación que duró del 9 de febrero de 1822 al 27 de febrero de 1844), el forjador de nuestra nacionalidad, Juan Pablo Duarte, para ese entonces, apenas tenía 9 años de edad.

Y siete años después de estar bajo el yugo haitiano, en 1829, el padre del patricio, ante las escasas posibilidades de formación comercial, intelectual y profesional de su hijo, puesto que hasta la universidad había sido cerrada por los invasores, aprovechando la partida de su amigo y comerciante Pablo Pujols hacia España, lo mandó a estudiar a Europa y Estados Unidos.

Duarte regresó a finales de 1832. Trayendo consigo, por así decirlo, lo mejor de las doctrinas cristianas y democráticas, así como lo más avanzado de las ideas y luchas revolucionarias de la época.

Es decir, proyectos renovadores, filosóficos, modernos, liberales y de vanguardia. Los cuales conformaban y concretizaban su ideal separatista. De manera que, bajo las influencias del pensamiento nacional, liberal y romántico de aquellos tiempos, sin pérdida de tiempo, rápido comenzó a reunirse con quienes actuaban y pensaban iguales: jóvenes de mentes abiertas y de corazones dispuestos a transformar la sociedad, a conocer acerca de la virtud de la justicia y la imperiosa necesidad de la libertad, del arte de la guerra y de la importancia de la revolución para ser libres e independientes de toda dominación extranjera.

Efectivamente, Juan Pablo Duarte concibió la conformación de un puro y hermoso proyecto político, de carácter independentista, puro, sagrado y secreto, que llevaría por nombre La Trinitaria, fundada el 16 de julio de 1838. Dicha organización rápido se convertiría en el mejor ejemplo de lucha por la liberación nacional que registra nuestra historia. Su estructura interna estaba conformada, además de Duarte, por otros ocho patriotas: José María Serra, Juan Isidro Pérez, Jacinto de la Concha, Félix María Ruiz, Felipe Alfau, Benito González, Pedro Alejandro Pina y Juan Nepomuceno Ravelo.

El Nacional

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