Opinión

Duarte y los gobiernos

Duarte y los gobiernos

Como introito, quiero felicitar muy especialmente al inquieto amigo y senador de mi provincia  doctor José Rafael Vargas, al enterarme que viene desarrollando el tema que he venido tratando las últimas semanas, sobre la vida de Los Trinitarios con Duarte a la cabeza.  Ojalá todos los legisladores, funcionarios y ciudadanos nos ocupemos de hacer lo mismo.

Duarte encontró el rechazo de Santana, Báez y compartes. El doctor Joaquín Balaguer, Peña Batlle, Américo Lugo y otros, entendieron trascendente su visión.

  El tiempo ha confirmado que solo aquel carácter fino valiente en la organización, estratega, garantizaba el éxito.   La doctrina de los duartianos se mantuvo recia y calante gracias a la organización y el ejemplo que el propio Duarte inspiró.

Duarte se encontró con Pedro Santana por Baní, y decidió informarle varias observaciones incluyendo estrategias de armas; pero Santana rechazó las sugerencias alegando que tenía que consultar a sus superiores. Solo mostraba pesimismo y rechazo hasta embarcarse en anexar el país a España.  

 Con la experiencia, debemos saber defender con uñas y dientes dichos recursos, incluyendo las iniciativas fraudulentas con nuestra Bahía de las Águilas, como debe defender todo buen hijo de la patria;  ya que la ferocidad de los capitales sin alma y corazón a veces conspiran contra los sagrados intereses nuestros,

Hoy trata el superior gobierno de aclarar aquel viejo atraco denunciado en aquel sector;  lo cual celebro por su interés, pero le sugiero que aclare ese caso y haga justicia limpia con ese pueblo.

He sostenido que la vida de los Trinitarios debe comenzar a promoverse en las escuelas y universidades.

Debemos recordar cuando nuestro patricio, desterrado a Venezuela, le decía a su amigo Félix María Del Monte:  “Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud corazón y juicio, cuando hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de nuestra patria.”

Algo inolvidable en nuestro libertador fue también su devoción cristiana, hasta extremos que una vez, en sus inicios del proyecto de nación libre,  le regaló su madre Manuela Diez , colgándolo en su cuello, un relicario con la Virgen de la Altagracia. Él jamás se lo quitó.  

 El 15 de marzo de 1844, después del trabucazo del Altar de la Patria patrocinado por sus compañeros Sánchez, Mella, Jacinto De La Concha, Benito González Baltazar y otros,  proclamaron la Independencia Nacional y el 25 de noviembre muere su padre y no se entera hasta el 20 de diciembre.   El 28 de febrero capitula la Guarnición Haitiana dirigida por Henri Dlograt con la mediación del Cónsul Francés Napoleónico Eustache;  regresando Duarte al país el 15 de marzo del 1844, siendo aclamado con vítores y designado en la Junta Central Gubernativa en los Departamentos del Noroeste.

El Nacional

La Voz de Todos