Opinión

Duarte y los gobiernos

Duarte y los gobiernos

Creo oportuno haber dejado algunos compromisos atrás para aprovechar el tiempo de estas últimas semanas memorizando algunas pinceladas de Duarte, coincidiendo con la celebración del Bicentenario del Libertador y el nuevo programa, el cual transcurre como nunca, a Dios gracias, dando lugar a que hablemos muy bien del gobierno, que a propósito bateó  más de 500 en su primera rendición de cuentas, cortando de raíz problemas fundamentales, en situaciones sustantivas como los terribles problemas de Bahía de las Águilas y el caso complejo de la Barrick Gold; presagiando digna solución, con alto sentido diplomático.

 No nos han sorprendido las habilidades, el sentido social y el olfato político de Danilo Medina. Me adelanté pronosticando cosas que a muchos sorprendieron, y ahora me han felicitado.  Es más, avancé  hace tres meses, que veía al presidente Medina como el que más profundizaría con la promesa inconclusa de Juan Bosch. 

Recuerdo que cuando él sirvió al gobierno de Balaguer desempeñándose como presidente de la Cámara de Diputados, una vez  le dije que disfruté sus habilidades, condiciones personales y el tacto que había puesto para el servicio realizado a la democracia. Nunca olvido aquello, aunque ha llovido bastante…

 Nuestros patricios independentistas no habían sido tomados en cuenta como merecían. Hoy las cosas han cambiado, ser justos honra, y mi empeño como ser humano, toda la vida, ha sido resaltar en política lo bueno y observar lo malo en forma constructiva.  Disfruté mucho al escuchar al propio doctor Leonel Fernández, felicitando al actual presidente de la República, cuando lo creíamos ajeno a los aciertos actuales.  

 Los motivos de preocupación eran diversos, no solo por la indiferencia, hasta últimamente con nuestros libertadores, sino porque no observábamos ni siquiera nuestra bandera, reflejo del país, ondeando en fecha de la Independencia.

Sin embargo, todavía arrastramos dejadeces como la del inicio del bicentenario actual cuando aún estaba pendiente habilitar la famosa iglesia tradicional de Santa Bárbara y la propia Casa Museo de Duarte, aunque se explica la gran carencia con que ha tenido que trabajar la nueva administración. 

Reitero que ha sido muy importante el nombramiento de otra comisión especial para coadyuvar a mantener en pie los mayores vítores a nuestro patricios.

 Duarte estuvo enfrentado siempre con distintos problemas, incluyendo trabajar entre pesimistas y conservadores que lo asediaban, dificultándole el proyecto.  A propósito, siempre he pensado en aquella promesa incumplida del profesor Juan Bosch. Si Danilo Medina sigue como hasta hoy, llegará muy lejos para así cumplir dicha promesa de terminar la obra del Patricio Duarte.

El Nacional

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