Opinión

Eco-Lógicas

Eco-Lógicas

En nuestros anteriores escritos mencionábamos las costas y sus daños como ecosistemas sumamente frágiles, pero no solo estos sistemas sufren daños creados por el hombre. Si mencionamos las montañas veremos que cada gramo de tierra ocasionado por la erosión y falta de árboles termina en nuestras costas y por qué no mencionar los incendios que han causado estragos en nuestra isla desde hace años.

Es decir que todo ecosistema está relacionado con otro de forma sutil o muy leve y cuando uno de ellos es alterado el otro necesariamente sufre las consecuencias de la destrucción o daño causado al primero. Esta situación no ha sido tomada en cuenta nunca en nuestro país, y ahora cuando comenzamos a tener una marcada ausencia de agua, un exceso de lluvias ácidas, una erosión expresa en nuestros cauces principales, comenzamos a tener en cuenta el daño ocasionado ya.

Solo con el incendio del 2005 se nos extinguieron unas 16,00 hectáreas de pino criollo o pinus occidentalis, sin que hasta el momento nadie haya dicho absolutamente nada sobre ello. Y los medios de comunicación están allí con los datos ofrecidos por las mismas autoridades ambientales en ese momento. Pero para satisfacción de nuestros nietos, esa situación es reversible y así lo demuestran algunos estudios que están por terminarse sobre la regeneración del pino post incendio.

Las relaciones montaña-mar, están presentes en todo el proceso de pérdida de biodiversidad en la medida en que se realizan estudios científicos reales y se definen coyunturas reales que han afectado y seguirán afectando todo ese conjunto de  ecosistemas que llamamos isla de la Española. La misma situación haitiana está afectando ya todo el esquema fronterizo que nos divide geográficamente, aunque no en solidaridad.

Las montañas haitianas, muchas de ellas completamente peladas, han transmitido sus arenas a zonas fronterizas dominicanas y las zonas boscosas centrales de nuestras cordilleras fronterizas, todo este esquema hace un daño que termina con una fuerte migración hacia las costas en busca de comida y posteriormente, cuando la comida allí también escasea entonces se inicia el migratorio hacia lugares altos y fértiles de nuestras lomas nacionales. Un problema complejo y que debe verse en su realidad total y no como diferente.

Montañas, costas y vida son factores dignos de atención en los momentos actuales y quien lo haga garantiza su permanencia en la historia nacional. Continuaremos.

demetriocastillo@hotmail.com

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