Opinión

Ecologicas

Ecologicas

Cuando se habla de ecosistemas, es decir de sistemas organizados de vida, hay que enfocar los organizados por las necesidades de los hombres para su subsistencia. Estos son los agroecosistemas, es decir los que son definidos para lograr la alimentación de las comunidades, zonas rurales, regiones geográficas, sistemas nacionales y mundiales.

Estos sistemas productivos son tan o más necesarios que cualquier otro en su momento porque  son el sostén inmediato de la vida humana en su momento. Si analizamos su definición científica encontramos que un grupo interactivo de componentes bióticos y abióticos (algunos de los cuales están bajo control humano) que forman una unidad con el propósito de producir fibra y comida.

Existen diferentes tipos de estos sistemas de vida, las principales diferencias entre los tipos de agroecosistemas considerados, proceden del desigual papel e importancia que para su funcionamiento desempeñan los distintos procesos (asociados a compartimentos o subsistemas) que pueden reconocerse en su análisis estructural teórico.

La importancia de estos compartimentos radica en su papel sobre el control del flujo de energía (producción) y la recuperación y almacenamiento de materiales (tanto nutrientes, como estructuras de soporte y organización). En la tabla 1, se exponen los tipos considerados y en el mapa 1 se representa la distribución en España de aquellos tipos que han podido ser reconocidos a partir de Corine Land Cover.

Los tipos I (sistemas con elementos leñosos), IV (policultivos) y parte de los II (pastizales) y III (cultivos herbáceos mono específicos), contienen ejemplos que proceden de la agricultura tradicional. El resultado son paisajes con contenidos valiosos, ya sea por la biodiversidad natural que les acompaña (riqueza específica, especies amenazadas), su biodiversidad inducida (variedades de plantas cultivadas y razas ganaderas) o por adoptar configuraciones en las que abundan elementos con baja tasa de renovación (árboles y matorrales con distinto grado de manejo, suelos no roturados, etc.).

En conjunto estos agroecosistemas tienen amplias posibilidades de prestar eficazmente servicios de regulación, si bien ello dependerá finalmente del tipo de gestión (sistema tecnológico o de producción) que se adopte en cada caso. Para todos ellos las principales amenazas de degradación – y por tanto de merma de la calidad de los servicios- proceden tanto del abandono de los usos como de la intensificación de los sistemas de producción, que suele ir acompañada de la eliminación de elementos estructurales.

La degradación de los servicios por pérdida de funcionalidad de sus componentes (debilitación de procesos relacionados con la recuperación de la fertilidad, agro biodiversidad, podas, administración del agua, sistemas de riego adaptados, etc., normalmente asistidos por el control humano). Nuestro país debe abocarse a conocer estos sistemas de vida para poder enfocarnos en una verdadera conservación y defensa de nuestra soberanía alimenticia en los próximos años.

El Nacional

La Voz de Todos