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Cambio climático y adaptación

¿Está la República Dominicana preparándose para la realidad sobre los cambios climáticos que ya se sienten en costas, montanas, ríos y sobre todo en los aspectos productivos nacionales? Podemos decir que en parte si lo hace, solo que teóricamente. Los pobres en las zonas rurales y urbanas serán los más afectados, ya que dependen de actividades sensibles al clima y tienen poca capacidad de adaptación. Se prevé que el cambio gradual de las temperaturas y las lluvias, así como una mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos se traduzcan en malas cosechas, muerte del ganado y otras pérdidas de activos, lo cual representa una amenaza para la producción de alimentos, así como para el acceso a los recursos alimentarios, la estabilidad y la utilización de los mismos.

En algunas regiones estos cambios pueden superar ampliamente la capacidad de adaptación de la población. La agricultura no sólo es víctima del cambio climático, sino también fuente de gases de efecto de invernadero. La producción agropecuaria libera estos gases a la atmósfera y produce la mayor parte de las emisiones de metano (a través del ganado y los humedales, especialmente los arrozales) y de óxido nitroso (por el uso de fertilizantes). Los cambios en el uso del suelo, como la deforestación y la degradación del suelo –dos efectos devastadores de las prácticas agrícolas insostenibles– emiten grandes cantidades de carbono a la atmósfera y contribuyen al cambio climático.

Cuando hablamos de gestión multidisciplinaria enfocamos que organismos descentralizados como cruz roja y organizaciones no gubernamentales tienen que enfocar sus trabajos junto con ministerios y gobierno central para poder establecer un programa de mitigación conjunta. De no hacerlo de esa manera los peligros a los que nos enfrentaremos y que ya nos arropan de tal forma que no podremos resolver problemas como la alimentación. Máxime con la sobre carga que enfrentamos en cuanto a población dominicana y extranjera.

Los países, situados a altitudes inferiores, como las islas y nosotros somos un sistema insular dividido, están más expuestos a los efectos más fuertes del cambio climático, incluidas las inundaciones, la sequía y una frecuencia mayor de plagas y enfermedades. Muchos países en desarrollo son muy vulnerables al cambio climático porque además de depender en gran medida de actividades sensibles al clima, como la agricultura y la pesca, tienen ingresos bajos per cápita, instituciones más débiles y un acceso limitado a la tecnología y los mercados. Estos países necesitarán apoyo internacional para adaptarse a nuestro nuevo entorno cambiante. Debemos ser cautos en cuanto a la adaptación al cambio climático y en especial con las enfermedades ambientales, como el ébola que esta causando estragos en África y amenaza de forma seria a Europa en su penetración y que suma varias miles de muertos.

Estemos prestos a enfrentar el cambio climático con programas que pasen de el mero aspecto teórico y aterricemos, para que después no sea tarde.

El Nacional

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