Opinión

Ecologicas

Ecologicas

Fauna, ecosistema y declive

La fauna del Caribe es característica de clima subtropical, principalmente influida por las corrientes marinas calientes, es endémica en un 42% de sus especies. Existen cerca de 450 especies de peces entre las que se pueden mencionar la barracuda, el mero, la morena y diversas familias de caracinos. También se contabilizan 600 especies de aves, 155 de ellas endémicas como las cortacubas (especie endémica y una de las más antiguas del Caribe); la mayoría de las especies de aves son migratorias como el canario del manglar y la garcita verde.

De acuerdo con Bidlife International en el 2006 había 29 especies de aves en peligro de extinción en Cuba y dos oficialmente extintas. Especies de aves como la amazona puertorriqueña, la yacutinga y la paloma sabanera se encuentran en peligro de extinción.

Existen 500 especies de reptiles en el Caribe, de las cuales el 94% son endémicas como la iguana rinoceronte propia de República Dominicana, y el cocodrilo americano extendido por las islas del Caribe, Centroamérica y el norte de Sudamérica (en peligro de extinción), así como diversas especies de tortugas marins como la carey. Científicos informan que muchos tipos de anfibios, especialmente ranas, están en una fuerte caída global probablemente causada por una combinación de pérdida de hábitat, el cambio climático, la contaminación y un hongo virulento.

La espiral descendente llama la atención particularmente en el Caribe, donde la mayoría de las especies están perdiendo un frágil control en el ecosistema.

En términos porcentuales, la peor situación para las ranas es en el Caribe, en Puerto Rico más del 70% están bajo amenaza, mientras que más del 80% de las especies corren peligro en República Dominicana, Cuba y Jamaica y más del 90% en Haití, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Quedan menos de 5.000 manatíes antillanos en todo el Caribe, América Central, costas del Sur y Este de de América del Norte y Costa Norte de América del Sur. La intensa cacería durante siglos ha llevado al manatí antillano al borde de la extinción.

Es fácil de cazar, pues prefiere morir a abandonar a un compañero herido. Por esto y por sus huesos y piel, ha sido objeto de una atroz persecución, que ha acabado con la mayoría de ellos. En nuestros días, continúan siendo cazados furtivamente a pesar de estar protegidos por la ley. Pero su situación es aún más crítica, debido a que en muchos casos viven en grupos aislados cuyo número se reduce cada año.

El manatí antillano o del Caribe vive en las aguas costeras cálidas del sur de los Estados Unidos, México, las islas del Caribe, Centroamérica, y los países del nordeste de Sur América, incluyendo Venezuela y el norte de Brasil. En Venezuela, se encuentra en algunas de sus costas, en el lago de Maracaibo, en los Llanos y en ríos como los caños del Delta del Orinoco. Su peso oscila entre los 200 y 600 kilos.

El manatí antillano o del Caribe es la única especie de sirenio en el Caribe. Es un animal grande, amistoso y pacífico que vive en zonas costeras resguardadas como bahías y manglares, y a veces remontan los ríos alimentándose de plantas acuáticas como las lilas de agua, yerba de manatí, yerba de tortuga y hojas de mangle. Nuestra isla no esta exenta de ninguno de estos cambios y en especial de los ligados a arrecifes, mangles y praderas de talasia o algas en proceso.

El Nacional

La Voz de Todos