Si se analizan a los países productores de oro en proporciones exportables, ninguno de ellos es desarrollado, ¿será casualidad de explotación lacaya de este importante recurso, o será que nunca ha habido interés de los estados en lograr desarrollar condiciones sociales que merezcan el apoyo de éste en ese importante aspecto del desarrollo humano? Cuando en En 1801 el Barón Alejandro de Humboldt visitó al virreinato de la Nueva Granada y después de recoger múltiples informaciones entre diversos tipos de observadores, funcionarios, mineros, tratantes en metales preciosos y otras mercancías, etcétera, hizo un cálculo del volumen de oro extraído de las minas de la región desde la época de la conquista española. Según Humboldt, hasta 1803 la producción llegaba a un total de 275 millones de pesos oro.
Otros investigadores hicieron nuevos esfuerzos de obtener una cifra total del oro neo-granadino: Soetbeer afirmó que el metal precioso extraído durante la época hispánica superaba los 661 millones, mientras que Vicente Restrepo, que fue minero, fundidor, ensayador y ministro, se conformó con suponer un producto de unos 440 millones para el mismo lapso, de los cuales 194 en los que incluía cierta cantidad no muy elevada de plata correspondían al siglo XIX. Y nos seguimos preguntando cómo es posible que solo de nueva granada se sacó esa cantidad de oro y aun no logran
En épocas más recientes, los historiadores han ofrecido otras cifras sobre el oro, pero ya se usa menos tratar de evaluar la producción de los tres siglos de dominio español; la necesidad de atenerse a la documentación original ha hecho más prudentes a los investigadores, aunque no siempre lo sean en todos los aspectos. Robert West, en sutil libro sobre La minería de aluvión en Colombia presentó algunas cifras de producción, pero parece haber errado al suponer que bastaba multiplicar por cinco el tributo llamado del “quinto” para obtener la producción bruta de oro.
Y hace poco, Germán Colmenares publicó series quinquenales de producción de oro en la Nueva Granada durante el período 1550-1640, y en la región de Popayán para el período 1550-1750. Estas cifras constituyen el cálculo más sólido hecho hasta el momento sobre la minería colonial, la presentación por áreas mineras y por períodos de cinco años permite análisis más detallados, y en particular las series temporales dieron base al autor para analizar con precisión insólita en la literatura histórica colombiana la evolución de la coyuntura económica del siglo XVII y la “crisis” que afectó entonces las actividades mineras.
Al igual que en nuestro tiempo nos encontramos con nuevos engaños en la exportación de oro y ahora nos ligan la plata con el metal precioso y nos lo declaran como si fuese material de desecho y resulta que los afectados no dicen nada. Solo que ahora nos piden perdón por el no declarar lo que se llevaban.