Opinión

Ecologicas

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Los trasvases de agua han sido inventos desde tiempos históricos y la mayoría han culminado creando serios problemas tanto al mismo trasvase como a los ecosistemas que se han alterado con su ubicación. Los grandes trasvases, como los proyectados en el proyecto Manabao, Bejucal, Taveras, son obras que llevan asociadas un inimaginable mundo de intereses económicos y políticos, que a los ojos y apetencias de los interesados las hacen irrenunciables, hasta el punto de que no hay ministerio, ministro ni ministra del ramo (ni Gobierno tampoco) capaz de zanjarlas.

En esencia, se trata de la legitimación del reparto de las aguas del gran oasis del mediterráneo peninsular, que es el apetecido proceso del Yaque del Norte. Estos intereses son a veces causas para evitar el financiamiento de las obras.

No siempre se ha pretendido establecer la realidad del daño que los mismos causan a los ecosistemas naturales que se alteran y desaparecen por errores como los que se han cometido en replantear los elementos ecológicos que no fueron tomados en la Presa de Taveras en su momento. Nuestro país, caracterizado por tomar de los pelos cualquier propuesta extranjera sin el mínimo conocimiento de nuestros esquemas insulares es otro aspecto digno de mencionarse en cuanto al Proyecto Manabao.

Unos ejemplos dignos de mención son; “La impopularidad que en Aragón levantó en los años 70 el proyectado gran trasvase del Ebro de 1.400 hm3/año a Barcelona -alimentada desde la manipulación de un fácil sentimentalismo popular aragonesista enardecido bajo eslogans tan vacíos como el de “nos roban el agua”, “nos dejan sin futuro” y cosas parecidas-, hizo que la nueva ley evitara el término trasvase en favor de un nuevo eufemismo: “transferencia”.

 A su vez, redujo el sentido del término, entendido desde entonces como una “transferencia de una cuenca a otra, entendida aquella en el sentido administrativo; es decir, como el espacio hidrográfico drenado por un río que desemboca directamente en el mar. Sin embargo, desde el punto de vista hidrológico tan trasvase es el del Tajo al Segura, como el del Gállego al Cinca, o del Aragón a la cuenca de los Arbas”.

Los daños que se han causado a ecosistemas primarios, es decir, primeros en su secuencia vegetal original, causando con el paso de los años serios daños a las aguas y su filtración hacia otros lugares no proyectados. Consideramos que esto ha sido una de las causas fundamentales con Taveras y otras presas no consensuadas científicamente a la hora de realizarlas.

 Citamos que el promedio de originarias en secuencias vegetales en la zona que abarcaría el trasvase proyectado se localiza entre 1,500 y 2,500 especies de sucesiones que consideradas fitosociológicamente hacen un esquema de frecuencia que de afectarse se dañaría la filtración de aguas y terminaríamos inundando en el futuro  áreas agrícolas de frecuente producción de alimentos. “En principio los trasvases son actuaciones intrínsecamente no deseables, contra natura, que desencadenan complejos e inesperados desequilibrios naturales; son obras costosas y rígidas (no son reversibles) y tienen un “efecto droga”, en el sentido de que crean dependencias crecientes y generan nuevas apetencias que no tienen límite de satisfacción posible.

El Nacional

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