Opinión

Edgar, el gótico

Edgar,  el gótico

Luis Pérez Fondeur

Quién no se ha sorprendido a sí mismo cien veces cometiendo una acción estúpida o vil, por la única razón de que no debe cometerla?Antes de los misterios de Agatha Christie y Crímenes de Conan Doyle, mucho antes de los terrores de Stephen King estaba el padre de lo macabro, lo gótico, el Dueño del Gato de Negro y del Cuervo y compañero constante de Augustin Dupin en los Crímenes de la Calle de la Morgue, Edgar Allan Poe.

Nacido de actores; su padre abandonó a la familia al poco tiempo de Edgar nacer y su madre murió de tuberculosis al año siguiente. El niño fue adoptado informalmente por John Allan, un rico mercader inglés que le dio su nombre “Allan”, con el cual tuvo una relación conflictiva porque el muchacho gastaba todo el dinero que le enviaban a la Universidad en apuestas y alcohol. Este último fue su vicio más grande.

Al abandonar sus estudios, Poe se enlistó en la milicia para producir dinero con solo 18 de años, alegando que tenía 22 a los superiores y ganando solo 5 dólares al mes. Durante su periodo militar públicó su primer libro “Tamerlane y otros poemas”, el cual no recibió atención. Consiguió retirarse de la milicia cuando se reconcilió con John Allan su padre adoptivo, quien perdonó a Edgar.

Con ayuda de sus amigos de la milicia con la donación de 75 centavos cada uno consiguió publicar otro volumen de poemas con versiones tempranas “Para Helen” “Israel” y “la ciudad en el mar”.

Poe fue el primer americano en intentar vivir de la escritura. Publicó varias de sus historias en los periódicos, lo que atrajo la atención de John P. Kennedy, quien le consiguió trabajo en el periódico, que perdió por sus borracheras.

Poe contrajo nupcias con su prima Virginia, de 13 años, cuando él tenía 26. Fue una relación amorosa hasta que la tuberculosis se llevó a Virginia. Esta tragedia marcaría su literatura.

Edgar encontraba trabajo en los periódicos y su reputación fue creciendo, sus publicaciones eran las favoritas del público, en los periódicos que no tenía influencia compraba los espacios para sus poemas, la publicación del “Cuervo” fue toda una sensación.
El misterio más grande de Edgar no está en sus libros, está en su muerte.

El 3 de octubre fue encontrado con ropas ajenas y en estado de delirio. Su última palabra fue “Reynolds”; nadie conocía a quien se refería; nunca se pudo investigar ya que la autopsia, acta de defunción y records médicos desaparecieron y no hubo pistas que seguir.

Tuvo una vida difícil, mas su imagen de la muerte era la admiración. Decía, como todo un genio, “A la muerte se le toma de frente con valor y después se le invita a una copa”.

El Nacional

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