Editorial

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Tragedia.-

El chofer de carro público que el viernes asesinó a balazos a su mujer, hija, suegra y a una vecina en el barrio La Toronja, en Santo Domingo Este, dijo a la Policía que se volvió loco y disparó contra los que rezaban en su casa por el éxito del viaje que emprendería dos horas después su compañera hacia Guadalupe.

Ha sido una tragedia de las que, como dice el poeta, “abren zanjas oscuras en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte”, como “heraldos negros que nos manda la muerte”.

El individuo dijo que la pistola con la que mató a su esposa, hija y a otras dos mujeres, la encontró en el interior del vehículo en el que trabajaba, como si el destino la hubiese colocado allí para que tiempo después perpetrara tan abominable crimen.
En diciembre de 2012, en el vecino sector de Invivienda, un hombre ultimó a su expareja, a su hija de dos años, a la suegra y a la cuñada y se suicidó, por lo que puede decirse que se repite la tragedia, como “si la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma”.

Los feminicidios se elevan en forma vertiginosa, estimulados por el desprecio que hombres despechados albergan por la vida de las mujeres, y que se creen con derecho a segar, como el caso del chofer Santo Delgado del Carmen, quien dijo que se encontró la pistola con la que asesinó a cuatro féminas.

La sociedad dominicana, que aún no se repone del profundo dolor que ha causado este horrible episodio, debería reflexionar sobre el incremento de la violencia de género, pues en lo que va de año se reportan 64 feminicidios, once más que en 2015.

Se requiere que Estado, Gobierno y población emprendan una cruzada cívica, jurídica y educativa, en procura de evitar que hombres asesinen a mujeres y para que nunca más se repitan tragedias como la que hoy consterna al sector El Almirante y a toda la sociedad.

Ministerio de la Mujer y Procuraduría General están compelidos a ampliar los programas de prevención de feminicidios o cualquier tipo de violencia de género, así como la persecución y sometimiento a los tribunales de individuos que agreden o profieren amenazas contra mujeres. ¡Basta ya!

El Nacional

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