Al conmemorarse ayer el Día Internacional de la Juventud, precisa es la ocasión para llamar la atención de la sociedad dominicana en torno a la marginalidad y desatención que padece el segmento juvenil, atribulado por el desempleo y la carencia de oportunidades.
Más de 3.5 millones de dominicanos tienen edades entre 15 a 29 años, lo que representa el 34% de la población total, que sobrepasa los 10.5 millones de habitantes, lo que indica que la juventud representa el motor del desarrollo nacional.
La cifra de habitantes en ese segmento juvenil se divide casi exactamente a la mitad entre varones y hembras, pero se resalta que más de un millón de jóvenes tienen edades entre 15 a 19 años, lo que indica que un vasto pelotón de jóvenes pugna por obtener su primer empleo.
A pesar de que República Dominicana es considerado como un país de ingreso medio alto, poseedor de una economía en crecimiento económico sostenido, el índice de desempleo juvenil (15 a 25 años), ronda el 30%, entre los más altos de la región.
Llama la atención que el nivel de desempleo en la población juvenil casi duplica el correspondiente al nivel general, y triplica el renglón de desocupación abierta, referido a las personas que gestionaron empleo durante el ultimo año, que ronda el siete por ciento.
Otras falencias sociales y económicas, como el bajo nivel educativo, la inseguridad ciudadana, déficit de vivienda y migración, impactan de manera directa sobre la calidad de vida y las perspectivas de superación de la juventud dominicana.
El Gobierno debería elaborar cuanto antes un proyecto de ley con relevante ramificación fiscal que promueva en el sector productivo la habilitación del primer empleo, la mejor manera de insertar a la juventud en el carruaje de la producción y productividad. Es menester también impulsar con financiamiento y tecnología al emprendimiento juvenil.
Las previsiones de crecimiento de la economía corren paralelo o en vía contraria a los anhelos de una juventud hoy flagelada por creciente desempleo, marginalidad y desesperanza, que hace a esa vasta legión juvenil considerar la migración como su único horizonte.
