Opinión

Educación tributaria

Educación tributaria

La DGII bajo su actual administración ha venido haciendo un trabajo impresionante en la forma en que ha logrado poner sobre el tapete la necesidad de una cultura de cumplimiento de las normas tributarias. Ese trabajo, sin embargo, está empezando a encontrar una barrera y es el limitado conocimiento de la población de la normativa tributaria. Nada ilustra más ese problema que lo que ha sucedido con las notificaciones de cumplimiento del pago del ISR a personas con más de un salario.

No hay ninguna duda de que la DGII cumple el mandato de la ley al perseguir el pago de dichos impuestos, sin embargo, el desconocimiento de la población de una norma que no se ha aplicado en 20 años le ha representado una traba de relaciones públicas a las autoridades tributarias.

Y aunque hablamos de un mandato legal que siempre ha existido, y que en principio nadie puede alegar el desconocimiento de la norma, la realidad llana es que ni la actual administración hace mal en perseguir el cobro de ese impuesto, ni la población afectada está mal por quejarse.

De una mirada por encima a las normativas tributarias existentes en República Dominicana podemos ver que a parte de un gigantesco Código Tributario que es modificado en promedio cada 3 años, entre decretos, reglamentos, normas generales y resoluciones, el número de normativas tributarias con cierto grado de vigencia se pueden contar en los centenares.

Esa avalancha de disposiciones es apenas manejable por personas dedicadas a la materia, como la misma DGII que no aplicaba muchas de estas como en el caso que nos ocupa, ¿Qué puede esperarse del ciudadano de a pie que apenas conoce el ITBIS que le aplican en las facturas de sus compras? .

La educación tributaria en nuestro país es totalmente nula. En las escuelas, donde mal dan clases de matemáticas, la educación tributaria es 0. En las universidades, salvo que activamente se busque de electiva en caso de aplicar específicamente para la carrera, los impuestos suenan como una leyenda urbana para los estudiantes. Y en la vida real, los impuestos es un problema de los contadores.

La situación actual debe verse por la actual administración de la DGII como una oportunidad para iniciar el cultivo de una cultura de cumplimiento tributario. Pero esto va a requerir mucho más que solo educación. La DGII ha venido haciendo un encomiable esfuerzo para facilitar los pagos de impuestos a través de la banca y por medios electrónicos, y ello debe continuar con mucho más esfuerzo para incluir a los contribuyentes que no tienen acceso a estos medios. La DGII, junto al Poder Ejecutivo, deben procurar consolidar las normativas para simplificar su acceso a todo contribuyente que desee estar seguro de sus obligaciones tributarias.

Y, eventualmente, la DGII tendrá que tener la voz cantante por la simplificación del Código Tributario para que esto abarate su ejecución y resulte más accesible a los contribuyentes.
Eventualmente esto podría abrir la oportunidad de un empezar desde cero.

Pero no me parece efectivo y mucho menos útil empezar a hablar de sincerización fiscal o amnistías, si la Autoridad Tributaria no duplica sus esfuerzos en crear una cultura de cumplimiento tributario que involucre a toda la ciudadanía, ya que de lo contrario, dentro de 5 años volveremos a lo mismo.

El Nacional

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