Opinión

EE UU: ¿contra la corrupción?

EE UU:  ¿contra la corrupción?

Creo sincera la actitud del embajador de EEUU respecto a su preferencia sexual, no así su aparente actitud anti-corrupción expresada en visitas a la Procuraduría respaldando el proceso contra Félix Bautista y apoyando a Domínguez Brito, quien no actuó igual frente a los autores intelectuales del asesinato de Orlado Martínez ni frente al caso Leonel-FUNGLODE.

Es impensable un imperialismo estadounidense dotado de honestidad y moralidad, justo en la fase más canallezca y depredadora de su historia. Y Wally es su representante.

Esas “señales”, como la traída de Quirino, tienen otros bemoles.

Félix Bautista es también Leonel y su desacreditada facción, que por el enorme repudio que concitan afectan al sistema “made in usa”.

EE.UU. solo procura, reforzando su intervencionismo, distanciarse de la claque putrefacta que apoyaron durante doce años de neoliberalismo y corrupción morada; montarse sobre ola “moralizadora” y contribuir con la reelección de Danilo a barnizar la corroida dictadura peledeísta.

Danilo y Dominguez Brito –cuyos méritos de gestión se reducen a construir imágenes que los presentan diferente a Leonel- se recuestan en esos vientos norteños para potenciar sus preeminencias al interior de un partido fraccionado por el ambiente hostil creado por sus numerosas fechorías y facilitar su continuidad en el Estado, que aun sin Leonel en la presidencia, no dejará- de ser un Estado delincuente.

Danilo colaboró con la primera administración de Leonel. Guardó silencio frente a la corruptela del 2004 al 2012. Recibió del leonelismo, heredando un inmenso hoyo fiscal tapado con un paquetazo inhumano. Jamás criticó la corrupción al interior del PLD, ni pidió sanciones para sus beneficiarios constituidos en la Corporación que llegó a dominar su CP y su CC y a ensuciar ambos bandos.

Danilo, ahora en mayoría, no actúa para que Félix Bautista y Díaz Rúa sean desplazados de las secretarias de finanzas y organización, mientras abundan en su seno y en ambas facciones políticos gente cuestionada.

Domínguez Brito, acogido por Wally y Danilo, se pasó doce años en el tren partidario y estatal sin chistar frente a la escoria pelediana.

Es claro entonces que el problema no es solo Leonel y sus leales. Hay una partidocracia morada aliada a una lumpen burguesía que se chupó la blanca y la colorada, que desde sus cúpulas controla un partido clientelizado y un Estado podrido que domina al país. Hay, pues, una mafia que tumbar e instituciones bajo su control que es preciso ilegitimar desde las calles, creando contrapoder popular y Constituyente soberana.

El Nacional

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