LAWRENCEVILLE, Georgia, EE.UU, (AP).- Sentada en un aula sobre un campo de tiro, una mujer dice que no está segura de que alguna vez pueda matar a tiros a una persona, aunque sea para defenderse. ¿No pudiera en su lugar simplemente apuntarle a la pierna para incapacitarlo?
Su instructora dice que la defensa personal no se trata de matar a alguien, sino de eliminar una amenaza.
Si el tipo malo te quita el arma, dice la instructora, “te prometo que él no va a tener ninguna simpatía ni va pasar por el proceso de dudas que tú tienes”.
Gentilmente, la instructora añade que si la alumna no es siente cómoda con el potencial letal de un arma de fuego, quizás no debería comprar una.
Marchelle Tigner tiene una misión. Entrenar al menos a un millón de mujeres sobre cómo usar un arma de fuego. Ella no estaba familiarizada con las armas antes de sumarse a la Guardia Nacional. Ahora, como sobreviviente de violencia doméstica y de agresión sexual, quiere darles a otras mujeres negras el entrenamiento que ella no tenía.
“Es importante, especialmente para las mujeres negras, aprender a disparar”, dijo Tigner, que hizo notar que las mujeres negras corren más riesgo de violencia doméstica. “Tenemos que aprender a defendernos”.
Es difícil tener estadísticas definitivas sobre dueños de armas de fuego, pero un estudio del Pew Research Center dado a conocer este mes indicó que apenas 16% de las “mujeres no blancas” se identifican como dueñas de armas, comparado con 25% de las mujeres blancas.
Otros sondeos realizados por Pew en años recientes han mostrado una creciente aceptación de las armas de fuego entre los afroestadounidenses: en el 2012, un sondeo dijo que menos de una tercera parte de los hogares negros consideraban poseer armas algo positivo. Tres años más tarde, el porcentaje había subido al 59%.
Un estudio reciente por el activista pro armas John Lott mostró que entre 2000 y 2016, las mujeres negras superaron a otras razas y géneros en la obtención de licencias de armas de fuego en Texas, uno de los pocos estados que mantiene detallada información demográfica.
Philip Smith fundó la Asociación Afroestadounidense de Armas de Fuego en el 2012 durante el Mes de Historia Negra para recalcar el mensaje de que la propiedad de armas no era algo reservado para blancos. Él pensó que atraería eventualmente unos 300 miembros, una cifra que consiguió apenas en el primer mes. Ahora, la asociación tiene 20.000 elementos en 30 capítulos en todo el país.
“Pensé que solamente serían los hombres los que se sumarían”, dijo Smith. En lugar de ello, encontró algo que le sorprendió -más mujeres negras se sumaron, en su mayoría expresando preocupaciones porque vivían solas o como madres solteras y querían protegerse a sí y a sus familias.
En meses recientes, dice, la política ha emergido como una razón por la que más negros están interesados en poseer armas.
“No importa de qué lado estés, en el tejido de la sociedad actual ves un tono subyacente, una tensión en la que ves que grupos que existían a los márgenes hace 20 años ahora actúan abiertamente”, dijo. “Me da la impresión que está de moda ser racista”.
