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El apetito y el cerebro ¿Están relacionados?

El apetito y el cerebro ¿Están relacionados?

¿Sabías que el cerebro es el culpable de que muchas personas padezcan sobrepeso u obesidad? Así es, la ingesta de alimentos y el gasto de energía son controlados por sistemas neuronales complejos, de acuerdo con un estudio del National Center for Biotechnology Information (NCBI).

El especialista en Neurobiología del Apetito, Ranier Gutiérrez, asegura que el cerebro está conformado por 85 mil millones de células gliales y más de 86 mil millones de neuronas que están conectadas entre sí, y de las cuales surgen todas las funciones como caminar, comer y pensar.

Según la Universidad Veracruzana, la ingesta de alimento se regula por un sistema complejo que involucra el cerebro, la médula espinal y las hormonas, así como los órganos del cuerpo y las sustancias que segregan.

Por ello, tanto el hipotálamo como el tronco cerebral juegan un papel central en la generación del apetito, así como la corteza y el sistema límbico son importantes durante el proceso de antojo, ingesta, el sistema de recompensa y el placer de la comida.

Las hormonas clave que envían la información al cerebro sobre el estado de saciedad del cuerpo son la grelina, péptidos, insulina, leptina, oleoiletanolamida, las cuales se encuentran en el páncreas, en el tracto intestinal y en el tejido adiposo.

Actualmente existen estudios que buscan controlar este tipo de hormonas para regular el apetito y mantener un peso estable o bajar de peso en pocas horas, como la optogenética; sin embargo, las pruebas se han realizado con éxito en roedores, pero aún falta su comprobación en humanos.

En otor orden el hipotálamo es una parte del cerebro que se origina del diencéfalo y se ubica por debajo del tálamo. El hipotálamo está limitado por delante por el quiasma óptico, hacia afuera por las cintillas ópticas y por detrás por los tubérculos mamilares. El hipotálamo se conecta con la glándula hipófisis a través del tallo hipofisario. hambre clave

Este se relaciona con las funciones viscerales, autonómicas y endocrinas, vinculadas con la conducta emocional y afectiva.

El hipotálamo cumple un papel fundamental en el control del peso y de la energía corporal, interviene directamente en el equilibrio entre la ingesta y el gasto de energía. Utiliza como indicadores de la energía a las hormonas (insulina y la leptina) y a nutrientes como la glucosa, las grasas y las proteínas.

Varias sustancias (hormonas, neurotransmisores o nutrientes) intervienen en la regulación del apetito y actúan como estimulantes o supresoras del apetito.

Sustancias estimulantes del apetito

 Insulina: es una hormona producida por el páncreas. Cuando los niveles de glicemia aumentan permite que la glucosa ingrese en las células y regula sus niveles en la sangre. Las personas que tienen demasiada insulina circulando, sienten un hambre desesperante, comen más y ganan peso

 Dopamina: está involucrada en las experiencias placenteras y las conductas adictivas, aumenta al comer algo placentero, por lo que condiciona al organismo cuando sabe que algún tipo de comida placentera está presente. Provoca que se anticipe el deseo, lo que hace comer alimentos que se deberían evitar

 Ghrelin: es una hormona secretada por el estómago vacío. Sus niveles aumentan abruptamente antes de las comidas y le indican al cerebro que es hora de tener hambre. Sus niveles disminuyen cuando el estómago se llena

Sustancias supresoras del apetito

Estas sustancias estimulan la producción y secreción de melanocortinas, las que suprimen el apetito.

 Serotonina: es un neurotransmisor vinculado con el estado de ánimo que avisa sobre las neuronas que secretan melanocortinas (potentes anoréxicos cerebrales) aumentando su liberación

 Leptina: conocida como proteína OB, es una hormona producida principalmente por las células del tejido graso (adipocitos). También se producen en el hipotálamo, el ovario y la placenta. Se encuentran en la sangre en cantidad directamente proporcional al tejido graso, la que sirve de señal para que el hipotálamo frene el apetito (informa que hay suficiente tejido graso, reserva energética y triglicéridos). En los obesos la cantidad de leptina es mayor que en las personas delgadas, por lo que se cree que los obesos podrían tener una alteración en los receptores de leptina o una resistencia a ella

 Péptido Y: es una proteína de 36 aminoácidos (NPY) secretada por las células L del intestino, localizadas fundamentalmente en el intestino distal, el páncreas y el cerebro. Se produce más a los 15 minutos de estar comiendo, alcanza el pico a la hora y media, y dependiendo del tamaño y el tipo de comida se puede mantener elevada por más tiempo, lo que inhibe el apetito

Las hormonas que regulan el apetito se dividen en dos grupos

Corto plazo: actúan rápidamente e influyen en las comidas individuales (serotonina, melanocortinas y NPY), en las inhibitorias del apetito y las que lo estimulan (Ghrelin y la Dopamina)

Largo plazo: actúan lentamente para promover el equilibrio de las reservas de grasa del organismo. En este grupo se ubica la leptina (suprime el apetito) y la insulina (estimula el apetito)

Cuando se sigue un régimen dietético hipocalórico, el hipotálamo envía señales para aumentar el apetito, ya sea aumentando la liberación de NPY o disminuyendo la sensibilidad a las melanocortinas.

Por ello cuando se realiza una dieta se trata de aportar poca cantidad de alimentos de forma continua, procurando que sean bajos en grasas o sin grasas saturadas y sin azúcares simples, ya que de no ser así aumentaría rápidamente la secreción de insulina y el hambre. También aumentaría la lipogénesis, ya que las células no gastarían o quemarían toda la energía suministrada y la almacenarían en forma de grasa, lo que provocaría un aumento de peso.