Opinión

El avestruz

El avestruz

Como si hiciera falta reiterar que el sostenido aumento en el precio del petróleo impactaría negativamente sobre la economía dominicana, se repite la previsión de que el escenario actual apunta a que el crudo mantendrá su tendencia alcista.

Las tensiones políticas en Medio Oriente, la renovación de las sanciones estadounidenses a Irán y la caída de la producción en Venezuela presionan a un incremento en los precios del carburante a un nivel máximo de los últimos años.

El precio del barril de petróleo amaneció hoy a 72,13 dólares, con un 20% de incremento en el último mes, sin esperanza a la vista de que baje o al menos detenga su escalada alcista, lo que dibuja un panorama sombrío para la economía dominicana, que calculó para este año el precio del crudo en 48 dólares.

La Agencia Internacional de Energía ha advertido que el alza desmesurada en el precio del crudo podría desembocar en un shock que desestabilice los mercados, por lo que instó a los grandes productores a que contribuyan con la solución del problema.

Todo cuanto se ha dicho debería servir para que Gobierno y autoridades monetarias no se duerman en sus laureles y asuman cuanto antes políticas previsoras que ayuden a atenuar el tremendo impacto que pueda tener el aumento del petróleo sobre la economía dominicana.

De la noche a la mañana, el mercado del crudo ha pasado de una sobredemanda a un escenario matizado por escasez e incertidumbre que provocan las sanciones impuestas por Estados Unidos a Irán y Venezuela, así como la crisis en Medio Oriente.

Para colmo de males, los aumentos en los precios internos de los combustibles han sido menores a los registrados en el precio del petróleo a nivel internacional, lo que representa un tipo de distorsión con el que el Gobierno procura disminuir un impacto mayor sobre el Índice General de Precios.

Gobierno, autoridades monetarias y sector productivo deberían abordar de manera seria y responsable formas de prevenir o al menos disminuir los efectos negativos en la economía y la gobernanza de la sostenida alza en el precio del petróleo, sin que nadie asuma el papel del avestruz.

El Nacional

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