Opinión

El bulevar de la vida

El bulevar de la vida

América: Hugo Barack da Silva y Fernández
Seguirán abiertas las venas de América Latina, pero nunca antes como hasta ayer tanta esperanza verde se había presentado a saludar la posibilidad de comprensión, la solidaridad entre los hijos de todas las Américas, desde la mestiza, primera y fundadora, la negra, tan fuerte y hacedora de pueblos, fortunas, son, y, claro, la América hispana de nuestros desamores más contrariados, y también la anglo/aria, tan blanca ella, y arrogante casi siempre. Pues, mire usted, que es posible la esperanza, con la audacia que este presidente singular, el Obama, ha traído a la mesa de las discusiones continentales.

El imperio seguirá siendo el imperio, es cierto, pero ahora envía señales, y digamos que era hora, de que al fin desea ser líder, hermano mayor y no gendarme.

La América morena tiene mucho que aprender de EE. UU., pero la gran nación del norte no tiene menos que aprender de esta patria bullanguera y casi feliz, entre andaluza y africana, con tintes gallegos, algo de Alemania, Colonia Tovar con sus rubias, un italiano en su genio, un francés enamorado, y siempre un abuelo negro en la voz de Guillén.

La iniciativa estadounidense encontró respuesta en Brasil, Venezuela, Santo Domingo, y eso es mucho decir. Si a partir de ahora, con la hermana Cuba como tema, podemos las patrias de América sentarnos a dilucidar nuestras viejas querellas y nuestros grandes amores, entonces, vamos caminando.

 Uno de cada diez dominicanos vive en EE.UU. Con otras patrias de la región pasa algo muy parecido. Estados Unidos no podía ni puede seguir viviendo de espaldas a sus vecinos. No es el tiempo de la gendarmería sino del liderazgo compartido y bien ganado. Insisto.

Atrás, queda un infeliz, absurdo y estúpido bloqueo económico a un régimen cubano que la falta de libertades casi todas presenta ante el mundo como anacrónico, desfasado, superado por los tiempos.

La Cumbre de Puerto España ha venido a traer esperanzas a un continente desesperanzado en sus crisis, inequidades, pobreza. Cuba viene llegando. Obama saluda. Chávez quiere ser su amigo, Leonel es el mediador por excelencia para estos asuntos continentales. 

Como ven, es el tiempo de la esperanza con audacia que pregona el míster, esperanza con  humildad y un par.

Lula, Chávez, Leonel y el recién llegado compañero Obama, bien que lo saben.

El Nacional

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