Opinión

El bulevar de la vida

El bulevar de la vida

El santo fornicio del Presidente Lugo
Uno siempre estará del lado del amor y de los sueños, por Cabral y por Tagore que hace ahora mil años formuló una pregunta que mejor no responder, por si acaso la muerte.

La pregunta es esta: ¿Qué es un hombre sin un sueño?

¿Han visto ustedes la mirada de una madre cuando el pediatra regresa del chequeo a la criatura, y flanqueado por un padre hecho una mantequilla de hombre, le deposita SU HIJA en su regazo y le dice: “ !Todo está bien, tienes una Paola preciosa!”? !Joder! ¡A beber que son dos días!

Después de ese momento, uno comprender la imposibilidad de ser ateo en un mundo donde nacen Paolas que a los dos años aprenden a pronunciar una de las palabras más tiernas y –extrañamente- no reconocida aún por la Academia de la Lengua: “Tequieromuchopá.”

¿Qué es la vida sin un hijo? Ése que es el sueño mayor, la egoísta y fascinante sensación de verte reproducido en otro ser, lo que además, te enseña a entender y aceptar la muerte.

Después de un “¡Papa, pero hace dos días que no vienes a decirle a tu niña linda que la quieres mucho!” Después de una frase así, uno comprende mejor la posibilidad de la muerte, más aún si ya hay unos libros escritos, la finca de Santiago en ISA fue sembrada mil veces, o sea: “!amé, fui amado, el sol acarició mi faz, ¡Vida nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!”

Todo lo anterior ha sido escrito por pura solidaridad, porque entendamos el apostolado paternal del ex obispo y Presidente paraguayo, Fernando Lugo, que, acusado de ser padre, no ha hecho otra cosa que, a través del santo fornicio, llevar las palabras de Dios hasta las más horizontales consecuencias. “Amaos los unos a los otros”, y más exactamente, los unos sobre las otras, si es que se desdeña el Kama Sutra y se prefiere la posición “estrei” del misionero.

A los que han querido fusilar al hermano por llevar a la práctica los mandatos de Dios, les advierto que el hombre sólo es Dios cuando sueña, pero Dios sólo es Dios cuando ama y la Magdalena, enamorada, lo espera.

Mañana sigo.

Contacto: pablomckinney.com y elbulevarconpablo@gmail.com

 

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