Opinión

El Bulevar de la vida

El Bulevar de la vida

El 27F es una fecha importante para el país y especialmente para el presidente Medina y su gobierno.

Seis meses después de asumir el cargo, nadie duda hoy quién tiene la sartén por el mango gubernamental. Por eso se espera que en su rendición de cuentas, Medina marque aún más su territorio, aunque no tanto como muchos esperan, lo que tiene su explicación: Quien no entiende la composición del gabinete de Medina, (la permanencia en él de más de un miembro del comité político morado), no puede entender ni entenderá la victoria del 20M. Sin los tres frentes de batalla electoral gracias a un PLD unificado, hoy Hipólito Mejía sería el presidente de la República.

Si ocurren, habrá cambios en donde estos son inevitables. La política de seguridad ciudadana, por ejemplo. Además de que, en este caso, el jefe policial ya ha completado el tiempo previsto por la ley que rige esa institución.

Otro ejemplo puede ser la Cancillería, entregada como premio por colaboración electoral a exbalagueristas transmutados en leonelistas, cual si el Estado fuera un botín o herencia familiar. Miserias de la política y sus reglas, en un país sin más instituciones que la santa Iglesia de emérito papa y algún club; por eso nuestra democracia es gris como los adioses, además de papelera y un poco puta.

Pero como lo mucho hasta Dios lo ve, a pesar de la adquisición de la franquicia de lo que alguna vez fue el PRSC, algo tendrá que hacer el presidente Medina con una cancillería que es la suma de todos los excesos: un inmenso huacal de despilfarro, nepotismo y tráfico de influencias.

El caso Bahía de Las Águilas, donde con su valiente decisión Medina pasó de gobernante a estadista, podría costar el cargo a algún ministro, aunque su membresía del comité político podría salvarlo, que “entre bomberos…”

Pero si todavía no lo está, algo debe quedar bien claro a partir de hoy: El éxito del gobierno del PLD, depende de que el mandatario sea capaz de mantener la unidad de su base política, que en ningún caso son los jóvenes termocefálicos con vocación preservaiva, moraítos de odio contra Leonel Fernández como si gobernara todavía, ni ciertos medios de comunicación convertidos en pelotón de fusilamiento sin sentencias; como tampoco son su base política, los poderosos grupos económicos -que en grave ataque de celos empresariales- apostaron a la candidatura de Hipólito Mejía con tal de alejar del Palacio a un PLD que en doce años (-¡miserias de la política!-) hizo lo que han hecho todos los partidos que gobierno han sido, desde Lilís hasta ayer como a las cinco: Favorecer la creación de grupos económicos, y sobre todo fortalecer a algunos ya creados, que son quienes le darán sustento económico/financiero a una práctica política que hoy tiene más de ejercicio contable, lavandero y empresarial que de ideología, principios, patria o amor a los desheredados de Dios y la María.

Muchos de los hijos/nietos de los grandes desfalcadores del Estado en tiempos de Trujillo, Balaguer o los gobiernos del PRD, son hoy, -¡quién lo diría!-, los prohombres de la moralidad, la ética, la transparencia y la lucha contra la corrupción, y ¡qué bueno! Hagan memoria y sonrían. El cinismo es un deporte nacional.

Por su importancia económica, el Presidente deberá aprovechar el escenario para denunciar al mundo las características leoninas del contrato con la Barrick Gold, aunque el canciller canadiense vuelva a visitarlo, y la cúpula de la partidocracia haga “bembitas”.

El Nacional

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